IDEAS
La negociación que se pudo evitar
Este es uno de esos días cuando hay tanto que comentar que quisiera tener una columna diaria —pero luego se me pasa—. Los tres temas prioritarios que veo en este momento son las amenazas de Trump, la decisión que debemos tomar en la segunda vuelta entre dividir el poder o darle todo el poder a una sola persona y las perniciosas decisiones que está tomando la Corte de Constitucionalidad. En la mezcla de esos tres temas radica el que podamos salir del subdesarrollo o que paremos como Venezuela. Por orden de premura me enfocaré hoy en el tema de Trump.
Por lo menos me queda la conciencia tranquila de que en los programas de Libertópolis tenemos semanas de estar advirtiendo sobre este tema e incluso en mi columna aquí en Prensa Libre repetía esa advertencia. Pero como no vale la pena llorar sobre la leche derramada, ahora el tema pasó a prioridad nacional y tenemos que enfrentarlo.
Luego del susto del martes, ayer muchos pusieron el grito en el cielo cuando se publicó una nota de que el gobierno de Estados Unidos estaba considerando prohibir completamente el ingreso de guatemaltecos a Estados Unidos. Con todo y lo fuerte que se escucha esa amenaza, la que seguramente tendrá peores consecuencias para los guatemaltecos es la de poner aranceles.
Ahora lo importante es cómo enfrentar estas amenazas. Hay que entender que la fuente del problema localmente ha sido la secretividad con la que el gobierno ha manejado este tema —así como varios otros—. Desde hace semanas están en estas negociaciones pero no han querido revelar nada de las mismas, lo que ha contribuido a la incertidumbre y a la oposición. Incluso el hecho de que se interpusiera un amparo —y que la CC emitiera su absurda resolución— tienen su origen en ese manto de secretividad con la que han rodeado el tema.
Ahora que a casi todo el mundo le han quedado claro los riesgos que enfrentamos —USD4 mil millones en exportaciones, USD10 mil millones en remesas y cientos de miles de empleos— pienso que es más fácil que se pueda llegar a consensos sobre lo que se puede y no se puede aceptar. Ello necesariamente pasa porque el gobierno deje de actuar bajo el manto de secretividad y revele las negociaciones que se están dando. Considero que este es el momento ideal para que dejen atrás esa actitud y sumen al carro todos los apoyos locales posibles, que en este caso considero que serán la mayoría.
' Su objetivo no es “fregar” a los guatemaltecos, sino lograr “éxitos” en el tema migratorio.
Jorge Jacobs
Por otro lado, hay que entender que Trump está en modo de negociación. Su objetivo no es “fregar” a los guatemaltecos, sino lograr “éxitos” en el tema migratorio que luego pueda voltearse y mostrárselos a sus potenciales votantes, de cara a las elecciones del año entrante para lograr reelegirse. Ello no implica que no esté dispuesto a implementar sus amenazas: ya ha demostrado muchas veces que sí lo puede hacer. Pero las sanciones no son su objetivo, estas son simplemente la herramienta para lograr el objetivo que quiere.
Así que ahora lo mejor que puede hacer el gobierno es lo que debió hacer desde hace algún tiempo: mostrar a los guatemaltecos las negociaciones que están haciendo y hacer un frente común lo más amplio posible para lograr una negociación con la administración Trump con la que se eviten las consecuencias que podría tener para el país no llegar a un acuerdo con ellos. Hay que aprovechar que, en medio de todo, varios de los funcionarios de la administración están claros de lo que se puede lograr y lo que no, por lo que hay que apoyarse en ellos para lograr, todavía, un buen resultado.