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Las encuestas y medios: los grandes perdedores

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Indistintamente de cómo quede el resultado final en la elección presidencial en Estados Unidos —sea que gane Biden o Trump—, considero que los resultados son un gran triunfo para Trump y los republicanos, y una gran pérdida para los demócratas, las encuestas y muchos medios de comunicación. A juzgar por las encuestas y la mayoría de los medios, se iba a dar un triunfo aplastante (landslide) para los demócratas, tanto en la presidencia como en el Congreso y en las demás elecciones, pero los resultados han sido muy distintos.

' Me es difícil creer que los demócratas hicieran fraude, pero ya lo han hecho en el pasado.

Jorge Jacobs

Hasta unas pocas horas antes del martes, por ejemplo, la mayor parte de encuestas le daban una ventaja muy grande a Biden sobre Trump, promediando entre 7 y 9 puntos porcentuales de diferencia en el voto nacional. Como se ve en los resultados que ya se tienen, la diferencia en el voto nacional fue de poco más de 2 puntos porcentuales. Esta diferencia entre las encuestas y los resultados se dio también a nivel de estados, al grado de que, en algunos de los más competidos, las encuestas claramente le daban la ventaja a Biden, pero los votos fueron para Trump, con diferencias tan grandes como de más de 8 puntos, en el caso de Ohio. Trump ganó todos los estados que en las encuestas se consideraban “tossups” (a la ficha) y varios de los que supuestamente se inclinaban por Biden.

Lo mismo se vio en los resultados para el Congreso, donde los demócratas, la mayoría de los medios y las encuestas auguraban victorias aplastantes que no se dieron. En el caso de la Cámara de Representantes, hasta el momento los republicanos han recuperado seis escaños, aunque lo más probable es que los demócratas conserven la mayoría —pero para nada que la amplíen, como decían las encuestas—.

En el caso del Senado, los republicanos perdieron un escaño, pero todavía considero que mantendrán el control de esa cámara, con por lo menos 51 o 52 senadores. Aquí se dio uno de los casos más interesantes, en donde el candidato demócrata Jaime Harrison gastó más de USD100 millones en su campaña —un récord de gasto— y las encuestas lo daban por ganador contra el senador Lindsey Graham; sin embargo, este último mantuvo su puesto con una victoria de más de 10 puntos (54.4% contra 44.2%).

Hasta en las elecciones de gobernadores tuvieron problemas los demócratas, que pararon perdiendo un gobernador, quedando el nuevo balance en 27 gobernadores republicanos y 23 demócratas.

Desde el miércoles, la carrera por la Casa Blanca depende de los resultados de 5 estados: Arizona, Nevada, Pensilvania, Georgia y Carolina del Norte, algunos de los cuales podrían llevar varios días más en terminar de contar los votos, por lo que, aun sin las disputas legales, el resultado se podría extender, por lo menos, hasta la semana entrante. De todos modos, ya los abogados de Trump interpusieron varias acciones legales, por lo que lo más seguro es que el resultado final no se conozca hasta dentro de varias semanas.

En su discurso de ayer, Trump elevó la bronca, indicando que han hecho fraude. Me es difícil creerlo, pero hay precedentes. Por ejemplo, en las elecciones de 1876, los demócratas imprimieron boletas tergiversadas para engañar a los votantes, con lo que ganaron la elección. Cuando fueron descubiertos, tuvieron que acceder a concederle la presidencia al candidato republicano, pero fueron tan pícaros que lograron una negociación que les permitió mantener subyugados a los negros del sur casi cien años más.

Indistintamente de lo que diga, Trump tendrá que presentar pruebas de las acusaciones que hace. Mientras tanto, la incertidumbre del resultado continuará. De lo que no queda duda es que las encuestas repitieron el fracaso de 2016.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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