IDEAS

Montaña rusa electoral

Los últimos días han sido una virtual montaña rusa de acciones, reacciones y emociones alrededor del proceso electoral. Entre amparos, recursos de revisión, recursos de buena ejecución, ocursos de queja, denuncias, acusaciones, renuncias y allanamientos, no ha habido mayor tiempo para reflexionar todo lo que pasó en estos días. Cuando ya se veía que el proceso iba a avanzar con la oficialización de los resultados de la primera vuelta, surgió la nueva ocurrencia de la Feci de Curruchiche: inhabilitar a Movimiento Semilla. Yo desde el lunes veía venir algo más grande que lo que había pasado hasta ese momento. El presidente publicó un comunicado en el que aseguraba que dejaría el puesto el 14 de enero. Al día siguiente, dos ministros renunciaron sorpresivamente, ambos aduciendo razones “estrictamente” personales. Luego de tanto año en estas lides, me es difícil creer esas “coincidencias”. Debía haber algo más detrás. La hipótesis más plausible, para mí, era que habían renunciado porque no estaban de acuerdo con las decisiones que se estaban tomando en el gobierno. Por supuesto, tenían que ser decisiones muy complicadas, tomando en cuenta que uno de ellos ya llevaba tres años y medio como ministro y de seguro había visto cualquier barbaridad en ese período. Pero lo que se estaba gestando probablemente era mucho peor. En ese momento no podía saber qué se venía, pero de que algo estaban tramando, no me quedaba ninguna duda.

' Es sabio limitar el poder, para que, no importa quién lo ejerza, no podrá utilizarlo para enseñorearse de los demás.

Jorge Jacobs

Al día siguiente, cayó la bomba: la Feci había conseguido que un juez suspendiera la vigencia del Movimiento Semilla. Era una acción bastante “jalada”, pero seguro creyeron que con ella podían quitarse esa piedra en el zapato. Casi en paralelo, los magistrados del TSE oficializaron los resultados presidenciales de la primera vuelta, dando paso a que iniciara el proceso de la segunda vuelta. El que convocaran a la conferencia a las 4:30, pero que se retrasaran dos horas y que en el ínterin el fiscal Curruchiche dejara caer su bomba, no hizo más que alimentar las teorías de la conspiración de que estaban “confabulados”. A mi modo de ver, legalmente, el argumento en contra del Movimiento Semilla no era válido —en este momento—, sin embargo, también he sostenido que uno de los problemas más graves en Guatemala es la politización de la justicia, lo que ahora oscurece aún más el panorama nacional. Este proceso de politización, en gestación desde hace mucho, comenzó a materializarse a través de las acciones de la Cicig. Argumenté en su momento que abrían una puerta difícil de cerrar, que cualquiera podría utilizar. Exactamente esto es lo que ocurrió ahora, cuando facciones rivales a los aliados de la Cicig detentan el poder y usan las mismas herramientas “jurídicas” que la Cicig utilizó en su momento, justificándolas para “combatir la corrupción”.

Los sucesos recientes convalidan mi oposición a los abusos de poder, vengan de quien vengan, especialmente cuando se justifican bajo el argumento de que algunos son “los buenos” y no importa que abusen del poder, con tal de acabar con “los malos”. El problema de esa visión es el cortoplacismo. Piensan los ingenuos que ellos podrán utilizar esas acciones en contra de sus enemigos, pero pocas veces reflexionan de que, a la vuelta de la esquina, su peor enemigo puede ser quien detente el poder y utilizará las mismas herramientas en su contra. De allí la sabiduría de limitar el poder, para que, no importa quién lo ejerza, no podrá utilizarlo para enseñorearse de los demás. Pero como no tenemos esas limitaciones, es comprensible que casi todos desconfíen de todos los demás. Saben que pueden utilizar el poder en contra de sus “rivales”. Ojalá que la gente, pero especialmente los políticos, entendieran que es en el mejor interés de todos, limitar el poder. Con el más reciente amparo de la CC, la segunda vuelta ha quedado expedita. Desconozco que presiones se movieron para llegar a esa resolución tan rápido, pero seguro no fue de la nada. Pero hay que estar atentos, porque este puede que no haya sido el último intento por descarriar el proceso.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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