IDEAS
Pasó el supermartes, y todo cambió
Esta semana fue una de las más interesantes en el proceso de elecciones primarias, encaminadas a la elección presidencial en Estados Unidos este próximo noviembre. Se dio el llamado “supermartes”, que es el día en que más estados realizan primarias para elegir un candidato presidencial. Más de un tercio de todos los delegados de la Convención Nacional Demócrata estuvo en juego ese día. Pero los resultados fueron todavía más interesantes de lo que cualquiera podía prever apenas unos pocos días antes.
Se dio en un punto particularmente dramático en la carrera, ya que el exvicepresidente Joe Biden se convirtió en el candidato “moderado” que puede desafiar al senador Bernie Sanders, luego de su victoria en Carolina del Sur, el sábado, y que varios de los precandidatos declinaran su participación entre el domingo y lunes, y anunciaran el apoyo a su candidatura. Hay algunas especulaciones sobre lo que sucedió ese fin de semana, y algunos dicen que los “tatascanes” del partido demócrata presionaron a los demás candidatos para que se hicieran a un lado y le dejaran libre el camino a Biden, con el fin de evitar que Sanders gane la nominación.
Al supermartes se añadió otro factor a la contienda por la nominación demócrata: Michael Bloomberg. Fueron las primeras primarias en las que participó como candidato, y había gastado más de USD500 millones en su campaña —que ya se considera la más cara en la historia—, principalmente en los estados del supermartes. De hecho, este fue su primer día de contienda, pero también el último. La campaña que montó no fue suficiente para catapultarlo en la contienda, por lo que al otro día renunció. Algunos críticos argumentan que la campaña fue muy buena, pero el candidato no. Así que no solo tendrá el récord de la campaña más cara en la historia, sino probablemente también el de la participación más corta.
Pienso que la votación de los demócratas en las primarias del martes refleja la preocupación de muchos de tener un rival que pueda ganarle a Donald Trump en las elecciones generales. La campaña de Biden estaba prácticamente muerta hasta antes de las primarias del sábado en Carolina del Sur, pero esa victoria le sirvió para consolidar a los sectores “tradicionales” del partido demócrata, que ven con preocupación que una candidatura de Bernie Sanders no tiene posibilidades de ganarle la elección a Donald Trump.
El triunfo en 10 de los 14 estados en las elecciones del supermartes resucitó a Biden, y lo puso en la delantera, con 596 delegados contra los 531 de Sanders; sin embargo, todavía están en contienda 166 delegados californianos que, cuando se tengan los resultados finales, podrían darle la delantera a Sanders, que en California arrasó con el 57.2 por ciento de los votos, contra los 34.3 de Biden.
' Los demócratas le están apuntando más a no perder la Cámara de Representantes que a ganar la Casa Blanca.
Jorge Jacobs
Todavía falta mucho trecho que recorrer —más del 60 por ciento de los delegados—, pero luego del supermartes la suerte está echada, y la batalla por la nominación presidencial demócrata será entre Biden y Sanders. Así lo tuvo que reconocer la única que quedaba en la contienda, Elizabeth Warren, quien renunció ayer, pero no quiso dar su apoyo a ninguno de los dos restantes.
Puedo decir, desde ahora, que Biden es el que tiene más posibilidades de ganar la candidatura en la Convención, a pesar de ser un contendiente débil contra Trump. Considero que los estrategas —y los “tatascanes”— del partido demócrata le están apuntando más a no perder la Cámara de Representantes que a ganar la Casa Blanca. Si el coronavirus no le complica tanto la economía, Trump tendría que cometer muchos errores para perder la elección.