IDEAS

Por el poder y la plata

Las primeras dos semanas del nuevo gobierno, en el Ejecutivo, han sido relativamente tranquilas, mientras los nuevos funcionarios van conociendo los vericuetos de la administración pública. En el Legislativo, por su parte, la cosa no ha sido para nada tranquila. Todavía hay muchas cosas por definir, en ambos organismos, para saber qué rumbo tomarán en los próximos meses.

' Ni siquiera habían tomado posesión del cargo y ya se habían aliado con muy buenos representantes del “pacto de corruptos”.

Jorge Jacobs

En el Ejecutivo, las aguas del cambio de administración todavía no se han terminado de asentar. Aún esta semana se ha estado nombrando a algunos viceministros, lo que implica que, probablemente, hasta la semana entrante empecemos a notar las decisiones que van tomando los distintos ministros en sus dependencias. Seguramente todavía pasará más tiempo para que se vayan llenando los siguientes niveles de personal “de confianza”.

Los temas más importantes de los que podemos ver ya en algunos ministerios pasan por la revisión de algunos contratos en el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, así como la “requisa total” que el Ministerio de Gobernación llevó a cabo ayer en Pavón. Lo más anecdótico quizá sean los micrófonos que encontraron en el vehículo asignado a la ministra de Comunicaciones, así como algunos “juguetes” que dice el presidente Bernardo Arévalo que encontraron en el despacho presidencial.

Donde el Ejecutivo sí ha arremolinado las aguas es en el tema de la fiscal general, Consuelo Porras. El presidente la citó a su despacho esta semana, pero ella argumentó que no le podía hacer una citación así. Entonces Arévalo le envió una invitación para que llegara al Consejo de Ministros el próximo lunes. Según la legislación vigente, esa era la forma correcta de hacerlo, por lo que ahora Porras no podrá oponerse a llegar. La pregunta que dejo al aire es que, si esa era la forma correcta de citar a la fiscal general, ¿por qué hacerlo primero de la otra forma? ¿Fue un “blufeo” o un “bulleo” del presidente a la fiscal o simplemente ignorancia de sus asesores? Es evidente que el presidente desea que alguien más presida el Ministerio Público (MP), porque, si no, de seguro le irán a contar las costillas hasta encontrarle algún error. Pero esta telenovela apenas está empezando; no se pierda el siguiente capítulo la semana entrante.

En el Congreso la situación ha sido una completa montaña rusa. Desde que los diputados electos de Movimiento Semilla (MS) botaron a patadas una puerta —retrasando ellos mismos la toma de posesión por lo menos unas 4 o 5 horas— hasta la elección de dos juntas directivas en cinco días. Los diputados de MS dieron una lección de negociación —llevada a cabo en territorio extranjero, aunque no salieron geográficamente del país— con la que de seguro decepcionaron a muchos de sus más fieles seguidores. Digo, porque ni siquiera habían tomado posesión del cargo y ya se habían aliado con muy buenos representantes de lo que ellos antes denominaban despectivamente el “pacto de corruptos”. Pueden alegar mil y una justificaciones para realizar tales negociaciones, pero no hay forma de ocultar que hicieron lo que habían criticado hasta la saciedad en los demás políticos. Peor aún, la principal razón por la que mucha gente votó por ellos fue precisamente porque dijeron que combatirían al “pacto de corruptos”.

Lo peor de todo —para ellos— es que la ahora “alianza oficialista” ya empieza a mostrar sus primeras rajaduras, al grado de que, habiendo ganado la elección de JD con 115 votos hace apenas una semana, no pudieron terminar ninguna de las sesiones del Congreso de esta semana, por “falta de quorum”. Según los corrillos del Congreso, la pugna interna es por el control de las comisiones, especialmente la de Finanzas, es decir, donde está la plata, que se disputan los dos líderes de la alianza. Todo sea por el poder y la plata.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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