IDEAS

¿Por qué cuesta entender el voto nulo?

Uno de los temas más incomprendidos en estas elecciones es el voto nulo, lo que ha suscitado toda una serie de interpretaciones e incertidumbre. Los cambios a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), de 2016, abren la posibilidad de anular una elección a través del uso del voto nulo. Si más de la mitad de los votos válidos son nulos, la elección se anula y se deberá repetir. Esto aplica para todas las elecciones (boletas). La anulación solo es la primera vez, es decir, si en la segunda vez vuelve a salir más de la mitad de los votos nulos, esta no se anula.

El voto nulo es toda papeleta en la cual no está claramente marcada la intención del votante por un partido o candidato, o lo que es lo mismo, toda boleta donde haya marcas que incluyan más de una casilla, sin importar si son X, círculos o cualquier imagen o texto.

Para anular una votación se necesita un voto nulo más del 50% de los votos válidamente emitidos —no el 51%, como algunos han dicho—. Por ejemplo, si los votos válidamente emitidos fueran 1000, se necesitarían 501 votos nulos para anular la elección —no 510, que sería el 51%—.

Donde se genera la confusión para la segunda vuelta es que en la ley no está clara la definición de votos válidos y, por tanto, queda sujeto a la interpretación. Yo sostengo que se deben incluir en el cálculo de los porcentajes que obtiene cada partido los votos emitidos a favor de algún candidato o partido y los votos nulos y blancos. Sin embargo, según declaró la directora electoral del TSE esta semana, el criterio que tomarían los magistrados sería el que, para calcular los porcentajes que obtiene cada candidato y determinar si alguno pasa del 50% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, no tomarán en cuenta los votos nulos ni los blancos, sino solo los emitidos a favor de candidatos.

Considero que esta interpretación de la ley no se ajusta a los cambios que se hicieron de la LEPP, pero podría ser la que se use, ya que los magistrados son quienes, en primera instancia, deben “interpretar” la LEPP. Así es como se calculó en las elecciones anteriores, pero eso fue antes de que se hicieran los cambios a la LEPP.

Si se aplica esta interpretación, se da un efecto de “inflar” los porcentajes obtenidos por cada candidato, que es lo que se ha argumentado en las redes que podría favorecer a que Sandra Torres gane en primera vuelta, lo que considero muy poco probable que suceda.

' Yo considero que la interpretación del TSE no es la correcta.

Jorge Jacobs

Para ejemplificar hago un ejercicio con los datos de la encuesta más reciente, la de Cid Gallup. En esta encuesta, “ninguno” obtuvo un 24% —presumiré que estos serían votos nulos—, Sandra Torres 21% y Giammattei 12%. Si se incluyen los votos nulos dentro del cálculo, los resultados permanecen en los mismos porcentajes.

Si no se incluyen los votos nulos, Sandra Torres sube al 27.63% y Giammattei sube al 15.79%. Aun si los votos nulos subieran al máximo antes de invalidar la elección —el 50%—, el porcentaje relativo de Torres subiría a 42%. La única posibilidad de que Torres pudiera ganar en la primera vuelta es que sus votos subieran considerablemente. Por ejemplo, si los votos nulos fueran el 24%, ella tendría que sacar más del 38% de los votos para ganar en una primera vuelta. Aun en el ejemplo extremo de que los votos nulos llegaran exactamente al 50%, ella tendría que sacar más del 25% de los votos para ganar en primera vuelta.

En resumen, considero que cada uno debe votar en esta primera vuelta por el candidato que considere que es el mejor para ocupar la presidencia. Si no considera a ninguno, pues vote nulo, sin temor a que con eso va a ayudar a una candidata a ganar en primera vuelta.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

ARCHIVADO EN: