POR LA LIBERTAD

Rompamos la camisa de fuerza de la educación

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Hace años estoy involucrado en el tema educativo porque me parece que es de lo más importante para mejorar el nivel de vida de todos los guatemaltecos. Sin embargo, considero que no es metiéndole más dinero al sistema actual como mejorará nuestro sistema de educación, sino rompiendo las barreras que impiden que cualquiera pueda brindar educación del tipo que sea a quien sea.

' La educación es una cuestión tan importante que dejarla en manos del gobierno es arruinarla, así como se arruina la vida de los niños.

Ramón Parellada

En Guatemala, para abrir un colegio se requiere una infinidad de requisitos absurdos. El Ministerio de Educación impone a los propietarios de los colegios precios topes (restricción en incrementos anuales), además de que deben cumplir con una infinidad de requisitos de personal y maestros que rayan en lo absurdo. Luego, se exige un currículo que en muchos casos no sirve para nada. Los textos que se usan están distorsionados, especialmente en temas sociales y de historia. No hay libertad en lo que cada colegio podría enseñar. El sistema educativo de Guatemala es una camisa de fuerza y meterle más dinero al mismo sistema público es un desperdicio. El daño que se causa a los alumnos por parte de todas las disposiciones del Ministerio de Educación es terrible. La solución para romper todas esas barreras a la educación para que cualquier persona o grupo de personas interesadas en brindar educación del tipo que sea lo pueda hacer sin tantos requisitos engorrosos y que no sirven para nada. ¿Por qué? Porque a Guatemala le urge que la gente se eduque en aquello que le va a servir para mejorar su futuro y no que se desaliente con temas que en nada le pueden ayudar. No se puede perder más tiempo.

Para que un colegio se establezca bastaría con los mismos requisitos que se deben cumplir para formar legalmente una empresa. Lo demás debe quedar a discreción de los dueños del colegio. Evitaríamos todo ese trámite engorroso de cosas que retrasan la educación de los niños. Cada colegio, como cualquier empresa, establecería sus cuotas. Justamente, hay un estudio de James Tooley y Pauline Dixon titulado La educación Privada es beneficiosa para los pobres, en el que demuestran que las escuelas privadas en la India funcionan mucho mejor que las públicas y son mucho más baratas. En las públicas no hay control ni consecuencias si los maestros llegan y dan sus clases. En las privadas sí lo hay, y el costo por alumno es mucho menor, además de que aprenden más.

Guatemala necesita una mayor cantidad de escuelas privadas. Si algún alumno no puede pagar, entonces subsidiariamente, mientras se demuestre que no puede pagar (no a la eternidad), se le puede otorgar un “bono escolar” para que pague el colegio o escuela privada de su preferencia. Los padres de familia ejercerán presión directa sobre los directores del colegio y si no están contentos pueden cambiar a sus hijos a otro. Esta presión hacia los dueños de los colegios les hará mejorar su calidad y mantener un precio competitivo. Los mejores colegios son los que más prestigio tengan por la calidad de sus egresados. Obviamente tomará un tiempo en que se conozcan los resultados de los graduados, pero este proceso será irreversible y mucho mejor que lo que tenemos ahora. Lo que tenemos es una educación pública basada en la presión del sindicato y no de los padres.

La educación es una cuestión tan importante que dejarla en manos del gobierno es arruinarla, así como se arruina la vida de los niños. No sigamos desperdiciando nuestros escasos recursos en lo que no funciona. Cambiemos la forma de educar y liberemos a nuestros niños de esa camisa de fuerza que nos impone el Ministerio de Educación.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).