IDEAS

Sin peaje, pero con muchos hoyos

El sábado pasado recibimos la noticia, en forma de video dejado por el presidente antes de su partida a Taiwán, de que, a partir del primero de mayo, el paso por la autopista Palín-Escuintla sería libre y dejaría de pagarse peaje. Muchos celebraron la decisión porque ahora, según ellos, van a poder utilizar una carretera de primer mundo sin pagar nada. Se nota que no han aprendido que no hay almuerzo gratis. Es una lamentable decisión que tendrá serias consecuencias sobre el futuro de los guatemaltecos.

Mucho se había especulado sobre qué pasaría al terminar el contrato de la concesión, pero no fue sino hasta apenas 8 días antes de su finalización que supimos cuál sería la decisión del gobierno. Un contrato de 25 años y 9 días antes no se tenía ni idea de lo que pasaría. Vaya si no es una muestra real —y metafórica— de la improvisación con que se toman decisiones de políticas públicas en Guatemala.

El presidente llegó al colmo de acusar a medios de comunicación de estar especulando y manipulando la información sobre que se iba a mantener el cobro del peaje, cuando fueron sus mismos funcionarios los que lo dijeron. Ello podría probar de que, hasta apenas dos semanas antes de la finalización del contrato, no se tenía claro qué iba a pasar. El mandatario puede decir que todo fue una confabulación de época electoral, pero entonces, ¿por qué publicaron un Acuerdo en el Diario Oficial a principios de mes para permitir que el CIV pudiese cobrar peaje en las carreteras? Podría argumentarse que, hasta ese momento, no se había tomado una decisión y que, por aquello de las dudas, prefirieron preparar el terreno para cualquier camino que se tomara, pero eso solo demuestra que, en efecto, no se había tomado una decisión final.

' Es una lamentable decisión que tendrá serias consecuencias sobre el futuro de los guatemaltecos.

Jorge Jacobs

Como no tenemos información fidedigna de qué pasaba en los corrillos de la Casa Presidencial, solo de que se armó un gran barullo por la indiscreción del viceministro, solo podemos especular. Planteo la hipótesis —original de un buen amigo— de que la intención inicial era la de mantener el cobro del peaje, solo que ahora bajo la administración del CIV, como lo indicó el viceministro, pero que, cuando vieron el relajo que se armó al conocerse esa intención, especialmente de parte de la mayoría de candidatos presidenciales, que en un gesto de lo más populista se rasgaron las vestiduras y pusieron el grito en el cielo de que cómo se atrevía el gobierno a tomar semejante decisión y “sangrar” al pueblo, se reconsideró la situación.

No es difícil imaginar al presidente montando en cólera, más contra las candidatas que encabezan las encuestas, alegando de que él estaba corriendo con el “costo político” de cobrar el peaje mientras que ellas le metían el cuchillo en la espalda. De allí, solo faltaba como una décima de segundo para que reaccionara, mandándolas al carajo, decidiendo quitar el peaje y que ellas miren cómo resuelven el problema cuando lo hayan reemplazado. Lástima. Uno de los pocos proyectos gubernamentales que ha funcionado bien en las últimas décadas, precisamente porque no era el gobierno sino una empresa privada la encargada de operar y darle mantenimiento a la carretera, fue sacrificado en el altar de los egos, el populismo, la hipocresía y la insaciable ansia de poder y de dinero mal habido.

Las consecuencias de esta terrible decisión las pagaremos todos. Las pagaremos cuando circulemos en una carretera que está con tan poco mantenimiento como el resto de las carreteras del país —esa fue la amenaza del presidente en su video—. Las pagaremos con las oportunidades perdidas por la creciente falta de infraestructura. Las pagaremos con las inversiones que se alejarán del país al ver las decisiones que se toman —especialmente cómo se toman—. Lo peor de todo es que los candidatos ni han llegado al Guacamolón y ya están ahuyentando la inversión. No quiero pensar las barbaridades que harán cuando ejerzan el poder.

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).

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