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Sugerencias para evitar el fracaso de Quiñónez

El ejercicio periodístico ayuda a recordar errores políticos pasados, y a descubrirlos cuando un político bisoño los comete o planifica.

La experiencia periodística de varias décadas de observar las decisiones erradas de los funcionarios públicos de cualquier nivel y sus consecuencias desastrosas, pagadas por los ciudadanos hasta con su vida o con pérdidas económicas, de tiempo, de descanso y tensiones adicionales innecesarias pero inevitables por esas metidas de pata, me permite calificar las declaraciones del alcalde capitalino, Ricardo Quiñónez, al respecto de la reparación del puente del periférico para entrar a la colonia Bran, como una falta total de comprensión de la importancia crucial para sus aspiraciones políticas en las elecciones del 2032, situadas a ocho breves años de distancia, a las cuales apunta. Es su única primera oportunidad para darse a conocer como un político exitoso, seguro de sus decisiones, no pusilánime ni poco transparente.

El ejercicio periodístico ayuda a recordar errores políticos pasados, y a descubrirlos cuando un político bisoño los comete o planifica.

Quiñónez llegó por el fallecimiento de su mentor Arzú. De no haber ocurrido, nunca hubiera ascendido. Su decisión de “bonitear” algunas partes de la ciudad le ganó votos, pero por poco no son suficientes cuando se lanzó a volar solo. Ese pequeño puente en el periférico, impostergable para una pequeña colonia de la zona 3 donde él no ha llegado más de tres veces en toda su vida, carga el éxito de su carrera política. Con él se aplica la frase de ser preferible no poder decir nada malo de alguien porque no se le conoce, a decirlo señalando errores o marufias a costo del dinero ciudadano. El presupuesto de la capital, la gran ciudad del istmo, es el segundo mayor en cantidad e importancia. Por ello, está a nivel superior en todo al de la ministra de Comunicaciones, con quien trabajará en conjunto, según dijo en su video. 

Su primer reto: tomar el mando y ejercerlo. No despóticamente, claro, pero tampoco con timidez. Tomar decisiones y dedicarle toda la importancia porque de eso depende su carrera, pero también de su actuación con transparencia, respetando el derecho de los ciudadanos de conocer absolutamente todo lo relacionado con el tema, por medio de los medios informativos, dándole preferencia a los serios, profesionales y debidamente identificados. Esto también le es fundamental porque lo atacarán los integrantes de la caterva, la multitud desordenada de abusadores de la libertad de emisión del pensamiento, casi siempre escondidos en el anonimato. Por su evidente afición a utilizar el dinero de los contribuyentes para autopromocionarse, puede hacerlo y lograr algo si responde, antes de recibirlas, a las preguntas lógicas y necesarias.

Por mencionar algunas: ¿cuánto costará? ¿por qué se decidió usar ese sistema de construcción, hierro o concreto? ¿Qué importancia se le da al tiempo? ¿al ruido de las máquinas, al trabajar en un área habitada? ¿Cómo serán los horarios de trabajo? ¿Cuál es el historial de las empresas contratadas? Queda claro: debe nombrar a alguien para dedicarse específicamente a ello, aunque la responsabilidad le cayó sobre los hombros y casi dos millones de capitalinos estarán interesados.  En la actualidad, hay obras iniciadas en la Roosevelt y San Juan y en la zona 15, estas últimas desde hace más de un año, pero solo fue cubierta una capa nueva del asfalto ya destruido. Lo persiguen sus promesas no cumplidas, y ahora promete tener el puente “antes que termine este año”, lo cual equivale a la chapina expresión de “vengo en un ratito”.     

Pero no solo es eso. Debe hablar de su pertenencia a una familia interesada en la política y con puestos al menos en otro gobierno: de su récord laboral, para quién trabajó antes de llegar a la alcaldía, si tiene familiares cercanos en partidos, grupos de presión, etcétera. El uso del dinero nacional asignado a la municipalidad y por tanto perteneciente a los ciudadanos, se justifica para informar de obras, de hechos, no de intenciones o planes. Por eso debe estar a cargo de profesionales, no de amigos ni mucho menos parientes. Alguien debe dar paso al frente y el destino le da esa oportunidad, como antes se la dio a otros. Estas sugerencias, basadas en experiencia personal parten de una base: se le puede dar el beneficio de considerarlo capaz de cambiar la forma de hacer política en el país. Si no es así, discúlpenme todos. No he dicho nada. 

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.