EDITORIAL

Complejo caso Fifa, Fedefut y CDAG

La suspensión indefinida de la Federación Nacional de Futbol, vigente desde hace ocho días, al ser analizada, demuestra la interrelación de acciones cuestionables entre esa entidad, la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG) y la Federación Internacional de Futbol Asociación (Fifa). Mucho debe ser explicado para que sea posible comprender los entretelones de este complejo caso.

La Fifa controla al futbol mundial, mueve miles de millones de dólares al año y durante bastante tiempo se le criticó por corrupción. También fue mundial el escándalo que provocó la salida de su presidente de muchos años y de otros altos dirigentes. Esa situación tuvo efectos colaterales, uno de ellos fue la captura y procesamiento en Estados Unidos de directivos de la Fedefut y de otras asociaciones similares, lo que a su vez comprobó las sospechas de corrupción, expresada en la compra de votos.

La Fedefut es la máxima autoridad futbolística nacional y la CDAG manda en todas las disciplinas deportivas, a causa del poder emanado del decreto ley 76-97. Hay autonomía, lo cual no excluye su intervención en casos graves. Las federaciones nacionales aceptan la jerarquía de la Fifa y deben tener estatutos acordes con los de la entidad mundial.

Al surgir el escándalo internacional en que se vio involucrada la Fifa y con la captura de los directivos guatemaltecos de la Fedefut, la CDAG debió mediar e intervenir conjuntamente con la asociación mundial para normar una gestión transparente. Pero no lo hizo a tiempo. Por su parte, la Fifa quería aprovechar la coyuntura para impulsar una reforma en muchos de los reglamentos para el futbol federado, por lo cual nombró a una comisión local, pero incluyendo a varios de sus propios dirigentes regionales también sujetos a cuestionamientos.

Esa comisión de la Fifa fue rechazada el 28 de octubre por la asamblea general de la Fedefut, y fue cuestión de horas para que el órgano mundial ripostara con la suspensión de Guatemala de toda participación en actividades federadas del futbol mundial, incluidas las representaciones femeninas, de playa y de sala. Aunque la Fifa también tiene su cuota de desprestigio, en este caso lleva las de ganar.

El futbol federado guatemalteco recibe entre cuatro y seis millones anuales de quetzales por parte del Estado. Podría recibir mucho más dinero de la Fifa, pero eso no interesa, porque esta lo fiscaliza. Pero hay muchos otros negocios que no son fiscalizables, entre ellos las transmisiones deportivas en los canales del mexicano Ángel González. Para muchos, en todo esto existen estructuras que deberían ser investigadas por la Cicig y el Ministerio Público. Se medra con recursos públicos y con fondos discrecionales millonarios.

La CDAG debe involucrarse en la cadena de cambios que vienen y lograr, junto a la Fifa, que se integre una comisión con directivos sin cuestionamientos. Urgen cambios radicales en el futbol, lo que incluye controlar la influencia de los equipos, también culpables del desastre. Se deben tomar decisiones que encajen en el Derecho Deportivo nacional e internacional y que beneficien al deporte más popular del país.

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