EDITORIAL

Deleznable acto de terrorismo

El mundo entero quedó conmocionado tras los graves atentados a balazos y con explosivos en París, cuyo origen no ha sido esclarecido, y que dejaron más de 150 muertos, cientos de ellos en un teatro, mientras la policía logró abatir a dos de los extremistas. Una infamia como la ocurrida ayer en la capital francesa debe ser esclarecida, para que no queden impunes quienes resulten involucrados.

Este año ha sido especialmente crudo en la capital francesa, pues el 7 de enero se produjo la masacre de varios empleados de una revista satírica, cuyos perpetradores fueron perseguidos y ultimados por fuerzas de seguridad. Esta vez, el cuadro multiplica el horror, puesto que hay muchas más víctimas, muchas de ellas en un teatro, por lo cual desde ya se les califica de los peores atentados en la historia de esa nación.

En cuestión de minutos, dieron la vuelta al mundo en medios digitales las escenas en video que reflejan la conmoción de los primeros momentos, tal el caso del partido de futbol entre Francia y Alemania, que transcurría con normalidad hasta que los jugadores se vieron paralizados por la potente explosión que ocurrió en el estadio.

En el lugar se encontraba el propio presidente Francoise Hollande, quien fue evacuado al igual que miles de aficionados y las selecciones, justo en el momento en que los asistentes a una función musical eran masacrados por los terroristas, en una noche verdaderamente desgarradora y oscura para la llamada Ciudad Luz.

Para el presidente Barack Obama, estos son ataques contra toda la humanidad y no solo contra el pueblo francés. De hecho, es probable que entre las víctimas haya ciudadanos de otras nacionalidades y, en todo caso, estos deleznables hechos se suman a otros tantos cometidos por mentes enfermas, intransigentes y envenenadas por un odio ciego que está muy lejos de constituir una coherente creencia religiosa, pues el verdadero islam conlleva grandes valores de tolerancia y paz.

Llevará tiempo determinar cuántas sean las víctimas de este nuevo acto de barbarie, pero hay que tener presente que las naciones que combaten a los grupos extremistas en Medio Oriente son a su vez blancos de atentados como el ocurrido ayer en París. Las víctimas inocentes se multiplican con cada hecho de sangre perpetrado por el extremismo, que a su vez es reflejo de mentes intolerantes que con ello pretenden darle sentido al término terror.

Es claro que nadie está libre de esa amenaza y que lo más lamentable es que sean víctimas inocentes las que deban pagar con sus vidas por la irracionalidad de los extremistas. Hace pocos días, en Egipto, cayó un avión de procedencia rusa, y ahora también crecen las sospechas de que pudo deberse a un atentado terrorista cuya autoría se atribuyó el Estado Islámico.

La masacre cometida ayer en París denota gran preparación, por la cantidad de locaciones en las que se ejecutó y por el alto número de víctimas. Si bien esos grupos toman como pretexto la reivindicación de conflictos en Medio Oriente u otras regiones, las muestras de irracionalidad rebasan cualquier comprensión.

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