EDITORIAL
Dirigencia persiste en obstinamiento
La dirigencia deportiva del país está de nuevo en entredicho ante el ultimátum fijado ayer por la Fifa, a fin de que los estatutos para rehabilitar la participación internacional de Guatemala en ese deporte estén aprobados antes del lunes 13 de agosto, lo que es imposible y a lo cual se une el boicoteo de la dirigencia nacional hacia esas exigencias, porque se aferra a lo expresado en textos legales guatemaltecos.
El futbol del país está suspendido de toda actividad internacional desde hace 10 meses, y pese a la convocatoria para elegir un nuevo comité ejecutivo de la Federación Nacional de Futbol, existe una clara resistencia por parte de la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG). Su presidente, Dennis Alonzo, en lugar de trabajar en acatamiento al mandato de un ente superior, se ampara en recursos legales para no cumplir con los tiempos y requerimientos de la Fifa, que es la más grande oenegé del orbe y dicta las reglas del futbol mundial, con todo y sus propias irregularidades.
Lo curioso es que a pesar de los retrasos que la dirigencia ha demostrado para resolver la situación del futbol nacional, el Tribunal Electoral del Deporte Federado (Tedefe) convoca de manera oficiosa a unas elecciones que no solo estarían manchadas por los mismos vicios del pasado, sino también mantendrían al balompié nacional en el oscurantismo en que lo han sumido administraciones anteriores, vergonzosamente ejemplificadas por los defenestrados Bryan Jiménez y Héctor Trujillo, quienes se declararon culpables en EE. UU. de hechos de corrupción.
Los argumentos esgrimidos para esta parsimonia, que más parece una resistencia pasiva y colegiada a la fiscalización, suelen ir en la vía del falso nacionalismo, del análisis legalista y de la autonomía constitucional del deporte, la cual ha sido instrumentalizada para evadir controles, rehuir la rendición de cuentas y convertir al deporte federado en el feudo de unos cuantos.
En contraste, son muy preocupantes las penurias de quienes de verdad defienden los colores patrios, ante las limitaciones de presupuesto para viáticos o estadías de entrenamiento, lo cual contrasta con las atenciones que se dispensan los directivos.
Muestra de esta displicencia en gastos son las contrataciones de gente que trabaja para la CDAG y el COG a la vez, y recibe doble sueldo. De hecho, según lo afirma el diputado Leonel Lira, 11 personas representan un gasto anual de Q5 millones, en una abierta duplicidad de funciones que debería ser objeto de investigación legal.
En el Tedefe laboran también personas que perciben un doble ingreso, por el lado de la CDAG y del COG, en un desafío a la inteligencia de la ciudadanía, que desde el 2015 exige un combate frontal de toda forma de discrecionalidad en el gasto público. Ambas entidades tienen una asignación presupuestaria de alrededor de Q350 millones y sus resultados son magros.
Ayer, en una citación al Congreso, los dirigentes encabezados por Alonzo insistieron en que no atenderán el emplazamiento de la Fifa. En la práctica no tiene ningún sentido salir a estas alturas con arranques de dignidad que no se tuvieron cuando la alta dirigencia del futbol nacional transó privilegios, que hoy la tienen en manos de la justicia estadounidense.