EDITORIAL

Angustias cotidianas

De manera consistente, diferentes sondeos, mediciones o encuestas revelan que durante un día habitual en la vida de un guatemalteco residente en el área metropolitana sus principales preocupaciones giran en torno a la delincuencia o inseguridad, economía o pobreza y corrupción.

Una encuesta efectuada a principios de este mes por la Asociación de Estudios Sociales (Asíes), sobre una muestra de 473 personas de la capital y los municipios circunvecinos, entre hombres y mujeres, ratifica que para el 62.3 por ciento de los entrevistados la inseguridad es por mucho el problema que más les aflige y en este campo se incluyen robos, asaltos, extorsiones, maras y pandillas, un calvario por el que miles de capitalinos deben transitar cada día.
En una lejana segunda posición se ubica, con un 17.8 por ciento, la preocupación por los problemas económicos, englobados en este concepto los bajos salarios, canasta básica muy cara o que el dinero no alcanza, aunque no deja de sorprender que ocupe un lugar tan lejano, a diferencia de otras encuestas, pues prácticamente los problemas de inseguridad casi cuadruplican a los relacionados con la economía.

Un poco más sorprendente es que, según los encuestados, la corrupción ocupa una tercera posición, con un 7.1 por ciento, lo que hace ver una problemática que ha marcado la agenda de los guatemaltecos durante los últimos tres años pero, según estos datos, aparece ahora como un problema marginal, aunque tiene una fuerte incidencia en los dos anteriores.

Puede ser comprensible que para la mayoría de los encuestados la corrupción no ocupe un lugar tan determinante si el acoso de la delincuencia o la falta de oportunidades y de recursos dificultan cualquier posibilidad de llevar una vida con mediana dignidad.

En todo caso, cuando a los entrevistados se les pregunta cuál es el principal problema de su municipio, se comprueba que tanto en Guatemala como en Santa Catarina Pinula, Villa Nueva, Mixco y Chinautla la inseguridad se consolida como el problema más acuciante para los vecinos, que en un 54 por ciento lo ven como el más agobiante, seguido de otros problemas municipales, entre estos la falta de agua.

La inseguridad compite con la penuria por la subsistencia, que incluso puede verse como una preocupación superior cuando se observa que el 57 por ciento califica de mala la situación económica, y si a ello se suma el calificativo de muy mala, con un 17 por ciento, se puede hablar del 74 por ciento de personas con una percepción pesimista sobre el desempeño de sus economías. De hecho, el 69 por ciento considera estar peor que hace un año y un 49 por ciento cree que estará peor el próximo año.

Para los candidatos a la Presidencia estos datos deberían ser de utilidad, porque la región encuestada por los investigadores de Asíes concentra a la mayor cantidad de votantes del país, pero también los aspirantes a alcaldías del área metropolitana deben tomar nota de que los jefes ediles bien podrían sumar esfuerzos en las tareas de seguridad, en lugar de fomentar una burocracia cuyo principal papel se reduce a acosar a los contribuyentes.

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