EDITORIAL
Aumento de casos es un desafío de país
Como los hechos y las cifras lo demuestran, Guatemala se encuentra en el peor momento de los 17 meses que lleva de pandemia con un acumulado de 10 mil 845 decesos y 394 mil 372 contagios, hasta el 9 de agosto, según las cifras del Ministerio de Salud, aunque los datos oficiales de fallecimientos en otras entidades, como el Registro Nacional de las Personas, calculan que de marzo del 2020 a marzo del 2021 el covid-19 le arrebató la vida a por lo menos 15 mil personas.
Es imposible no conmoverse con los relatos de médicos y personal de salud de hospitales públicos y privados que alertan sobre el colapso de las áreas de cuidados intensivos, saturadas por el aumento vertiginoso de infecciones en las últimas seis semanas, que incluyen a gran número de familias completas y de personas menores de 40 años agonizando y esperando espacio para ser intubadas. Asimismo, son abrumadores los testimonios de personas que corren desesperadas de un hospital a otro para intentar ingresar a sus familiares o que han tenido que vender bienes y acudir a préstamos para poder pagar los tratamientos con la esperanza de una cura.
De forma paralela a las cifras de casos positivos, se debe mantener la atención a las de personas vacunadas con esquema completo -dos dosis, excepto una marca que aún no se aplica en el país- que hasta el 9 de agosto llegaban a 388 mil 116, lo cual representa el 3.69% de los 10 millones 529 mil 192 guatemaltecos que, según las autoridades de Salud, son aptas, por su edad, para recibir el fármaco contra el nocivo virus.
Aunque la promesa del Ejecutivo es que este fin de semana habrá tres millones de guatemaltecos vacunados, los científicos de todo el mundo aseguran que ante el avance global de variantes más graves y contagiosas, como la delta, recibir la pauta completa es la única manera de mitigar la pandemia. Con las dos dosis, la probabilidad de ser infectados y de expandir el virus se reduce significativamente.
Llegar a un número mayor de vacunados con esquema completo es una tarea titánica que debe liderar el Gobierno, que ya recibe un valioso y relevante apoyo de la iniciativa privada y las universidades, pero no será la única estrategia que deba revisar, pues es urgente detener el desborde de casos positivos y paliar el inminente colapso del sistema hospitalario.
A inicios de esta semana, cuando confirmó la presencia de la variante delta en el país, el presidente Alejandro Giammattei aseguró que su gobierno analiza imponer nuevas medidas para contener la propagación de la cepa hasta ahora más agresiva del covid, aunque aclaró que las decisiones, en caso de aplicarse, no significarán el cierre del país ni medidas similares.
Como lo han hecho otros Estados, la clave está en acelerar la vacunación con esquema completo y motivar, con pertinencia y estrategia, a la población que aún no puede acceder a las dosis o que duda de su efectividad. Importante será también la coordinación con autoridades locales para que, en verdad, se apliquen las medidas establecidas, que incluyen reducciones en aforos. Sin embargo, el desafío no es solo de gobernantes, sino que debe extenderse a todos los ciudadanos cumpliendo con el distanciamiento físico, correcto uso de mascarilla y, en lo posible, evitar aglomeraciones, salidas y reuniones innecesarias o que pueden esperar un poco.