EDITORIAL

Crisis migratoria sigue sin solución

La tensión e incertidumbre que se vivieron ayer en la frontera entre Guatemala y México, donde una caravana de migrantes intentó ingresar al sur de México cruzando el río Suchiate pese a la presencia de la Guardia Nacional mexicana, debe levantar las alertas en los gobiernos centroamericanos, el de México y el de Estados Unidos.

Ni los cambios en las leyes norteamericanas ni el uso de la fuerza pública en suelo mexicano, ni los secretos acuerdos migratorios con los países del Istmo, están conteniendo la migración ilegal, que tiene como principal fondo las precarias condiciones de vida de la mayoría de centroamericanos.

Los Estados involucrados y otras instancias han mostrado voluntad, pero los discursos demagógicos y la lenta ejecución de los planes hacen que hasta ahora sea poco eficaz la lucha contra factores como la pobreza, la falta de oportunidades y de empleo, la vulnerabilidad de muchas poblaciones a los fenómenos climáticos y, en algunos sectores, la violencia e inseguridad.

Aunque la migración ilegal constituye, en inicio, un problema de seguridad para los países receptores, y que tienen el derecho de tomar medidas para contenerla, el tema no debe ser visto solo como una dificultad, sino que debe ser abordado de manera integral.

El camino es riesgoso, el costo económico muy alto y las posibilidades de ingresar a EE. UU. se complican cada vez más y por eso la respuesta a los migrantes debe ser integral, alejada de que cada país quiera resolver su problema, y enfocada en generar el suficiente desarrollo para que migrar sea una opción y no una salida casi forzada por las circunstancias extremas.

 

Las puertas están abiertas

En las últimas semanas, Prensa Libre ha publicado varios reportajes relacionados con la instalación del nuevo gobierno y la llegada del mandatario Alejandro Giammattei al poder y quiénes están a su alrededor. Ayer, en una conferencia de prensa, el gobernante dijo que el periodista a cargo de estas investigaciones “nos la trae”. No es así, presidente Giammattei.

Desde que se gana la elección, el favorecido por los votantes se convierte en el centro de la fiscalización del poder gubernamental, no solo de la prensa independiente, sino de todos los ciudadanos guatemaltecos.

Esto obliga a integrar un equipo de comunicación eficiente que entienda y guíe a quienes ejercen el poder a reconocer que la labor de la prensa independiente consiste en informar desde la mayor cantidad de puntos de vista, así como analizar y dar perspectiva a las decisiones oficiales, tanto en los aspectos positivos como en aquellos que no lo son.

La acusación del mandatario contra nuestras motivaciones informativas es innecesaria, pues, por el contrario, están abiertas todas nuestras plataformas para que explique aquello que considere que ha quedado confuso o bien aclare a la población sobre las decisiones que se toman y que ojalá puedan lograr un futuro mejor para Guatemala.

Prensa Libre toma la palabra del presidente acerca de abrir las puertas a los guatemaltecos, a través de la información clara y oportuna sobre todos los temas.

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