EDITORIAL

El arte anima y alienta

Una explosión de creatividad y talento es constante en el país, a través de numerosas actividades relacionadas con las artes visuales, la música, el teatro y otras expresiones que sin lugar a dudas ponen de manifiesto el gran espíritu imaginativo guatemalteco, que a su vez revela el gran potencial para hallar soluciones, alternativas y nuevos emprendimientos.

Por ejemplo, el Festival de Jazz 2019, que está por culminar en Quetzaltenango, ha sido una fusión de momentos, ritmos y esa improvisación intuitiva y armónica que caracteriza a dicho género musical. Músicos guatemaltecos han alternado con invitados de varios países en un diálogo sonoro que siempre sorprende.

En el Museo Nacional de Arte Moderno Carlos Mérida quedó abierta una exposición del muralista mexicano Rufino Tamayo, una oportunidad inusual para admirar a uno de los grandes de la pintura latinoamericana, en el marco perfecto de la pinacoteca de creadores guatemaltecos de varias décadas. Especial mención merece el esfuerzo desarrollado por el actual director de dicha entidad, el pintor Rudy Cotton, que recientemente editó un libro que reúne obras y autores en este verdadero relicario visual, al cual todos los guatemaltecos tienen acceso debido a que hay una versión digital del documento que se puede descargar gratuitamente.

Siempre dentro de lo visual, abre una nueva época la primera Bienal de la Acuarela, que reúne obra reciente de más de un centenar de artistas de varias generaciones, en el espacio Casa Ibargüen, en el Centro Histórico. También es digna de mención la campaña Arte en las Calles, que constituye ya una tradición de la Fundación Rozas Botrán, que coloca obras de autores guatemaltecos contemporáneos a la vista de los transeúntes mediante rótulos luminosos.

Además, es de resaltar la muestra del grabador y pintor guatemalteco Ramón Banús (1938-2012), quien en su obra mezcló personajes imaginarios y escenas cotidianas populares, un legado que pocas veces se puede ver reunido, y esta vez lo es gracias a la Fundación G&T Continental.

Recientemente, el Centro Cultural de España rindió un homenaje póstumo al fallecido poeta quiché Humberto Akabal, a través de una dramatización de sus poemas, la cual se presentó en la terraza de su sede, a la vista de quienes transitaban por la Sexta Avenida: una conmovedora muestra de respeto y un deleite para los sentidos.

En época de Cuaresma es posible admirar el arte efímero de las alfombras de serrín y la altarería tradicional, tanto en templos como en las monumentales andas que recorren la capital, Antigua Guatemala, Quetzaltenango y otras ciudades. Si bien se trata de una devoción, es palpable la rica inventiva y el sentido estético de tantos guatemaltecos, cuyo nombre no siempre es conocido, pero que ponen el máximo cuidado en cada detalle y es precisamente allí donde se puede extraer el gran mensaje, que no se limita a los ejemplos anteriores, pues hay muchas más actividades en el campo artístico. Guatemala es un crisol de culturas, es un pueblo que ama la vida, el color, la belleza. La educación debe fomentar estas capacidades, que conllevan dentro de sí el potencial de otras soluciones, de nuevas propuestas para mejorar la sociedad, de otros avances para la ciencia o, simplemente, una sensibilidad que posibilite nuevas actitudes sociales.

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