EDITORIAL

Éxitos urgen al cambio

Con el más auténtico sentido nacionalista y deseos de mayores éxitos, la sección Tododeportes de Prensa Libre diseñó una infografía repleta de talento deportivo con raíces guatemaltecas: más de 50 jóvenes legionarios consolidan su talento, en múltiples disciplinas, fuera de las fronteras patrias. Hay seleccionados que trabajan, estudian o entrenan en EE. UU., Europa y Asia, pero también hay hijos de migrantes guatemaltecos que a muy temprana edad formaron parte del éxodo en busca de oportunidades. Sin embargo, a pesar de haber crecido lejos de esta tierra del quetzal mantienen un fuerte vínculo de identidad, tal el caso de varios integrantes de la selección sub 20 de futbol que logró clasificar al Mundial de Indonesia.

Coincidentemente, el viernes último, otro soñador guatemalteco, Luis Grijalva, consiguió no solo la clasificación al Mundial de Atletismo del próximo año, sino que estableció una nueva marca nacional para la prueba de cinco mil metros; dejó en cronómetro en 13:02.94, ocho segundos menos que el anterior récord, que él mismo impuso en los olímpicos de Tokio, celebrados el año pasado. Grijalva, como bien se sabe hoy, creció en Arizona y estudió en la universidad local, en cuyo equipo de atletismo ha forjado su talento, pero al llegar las olimpiadas del 2020 anhelaba con todas sus fuerzas competir bajo la bandera azul y blanco.

Los logros de estos connacionales no restan mérito ni brillo a los triunfos de una pléyade de atletas residentes en Guatemala; por el contrario, los enaltecen y resaltan las circunstancias adversas que a menudo deben afrontar los deportistas locales. Las deficiencias e insuficiencias de instalaciones, los limitados programas de detección de talentos y el fuerte desbalance entre la inversión y el funcionamiento burocrático han lastrado la consecución de mejores resultados. Al respecto, las carreras de varios atletas radicados desde la niñez en el extranjero exponen los descuidos del manejo deportivo local: existen programas permanentes y bien financiados de becas deportivas, residencias permanentes y programas de fogueo de alto nivel.

No solo eso, pues se garantizan instalaciones de calidad con criterios de descentralización, es decir, se proveen pistas, implementos y dirección técnica a todos los niveles, incluyendo localidades pequeñas, y no solo en la capital. En las últimas décadas no se ha desarrollado un solo complejo deportivo de primer nivel en la provincia guatemalteca, pese a que allí se encuentra uno de los semilleros más importantes de talentos. Cabe preguntar a manera de hipótesis, si Luis Grijalva hubiese crecido en Guatemala, ¿tendría los mismos logros que hasta el momento?

Por si fuera poco, en estos días la participación olímpica está en vilo, debido a una disputa que fue improcedentemente llevada a la Corte de Constitucionalidad por un grupo que ansía el botín de miles de millones de quetzales que recibe el deporte por mandato constitucional. La CC aún puede rectificar su error y no privar de la oportunidad de participar a los jóvenes guatemaltecos, pero también es tiempo de que los administradores del deporte nacional den un golpe de timón a su estrategia, si es que existe, para multiplicar el hallazgo y apoyo de talentos atléticos. Allí están.

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