EDITORIAL

Fortaleza productiva

El país entero entra en una etapa de magia e ilusiones, de alegría desbordante y actividad económica intensa: con el comercio de bienes y servicios del fin de año muchas empresas y emprendedores buscan recuperarse o mejorar sus resultados. El desafío es de todo el año, pero sin duda alguna las semanas previas a la Navidad constituyen una de las etapas con mayor expectativa.

Detrás de tantas luces, de tantas novedades en las vitrinas, de conciertos y presentaciones familiares, de la febril actividad en cafés y restaurantes, de las ofertas en tiendas físicas o en línea existe toda una interacción de infraestructuras empresariales con sus propias especialidades, jerarquías y mediciones de rendimiento; existen liderazgos gerenciales en administración, mercadeo, canales de venta, logística, comunicación, costos, servicio al cliente y tantos órdenes más que confluyen en el esfuerzo de lograr eficiencia, mejorar la competitividad y asegurar la satisfacción del comprador y también su retorno, es decir, su fidelización a lo largo de este mes y del próximo año.

Son esos desempeños gerenciales los que se encuentran bajo constante examen, sobre todo en entornos de costos volátiles, complicaciones de transporte, exigencias de alta calidad y precios competitivos en el mercado. También se requiere un ágil sentido de innovación, evolución de productos y búsqueda de soluciones de transformación digital centradas en la experiencia de usuario sin descuidar la seguridad en línea. Son campos en los cuales no solo cuenta la competencia local, sino que se ha ampliado a un ámbito global, gracias al crecimiento de oportunidades de exportación.

Cada año, la Asociación de Gerentes de Guatemala reconoce perfiles de excelencia en cuanto a innovación organizacional, productiva y comercial, servicios digitales y trayectoria. Recientemente fue designado como Gerente del Año Carlos Guzmán, de la compañía panificadora Xelapán, originaria de Quetzaltenango, por su expansión en el suroccidente del país y la creciente identificación de los guatemaltecos con sus productos: un ejemplo de cómo una marca local puede lograr fortaleza gracias a su originalidad.

Hubo dos marcas originarias de Quetzaltenango en los premios de la AGG. La otra fue CianCoders, empresa de programación y creación de software que ya exporta tecnología a cuatro países y que surgió del sueño de cuatro jóvenes, no sin dificultades y angustias, pero que hoy por hoy sigue ganando fuerza.

Cabe resaltar el premio especial a la Trayectoria entregado al empresario Juan Luis Bosch Gutiérrez, de CMI Capital, financiera guatemalteca que en 2021 consiguió colocar US$700 millones en bonos verdes. Aceros de Guatemala recibió el galardón a la Innovación Productiva, por sus gamas de productos; Grupo EPM y la Empresa Eléctrica fueron destacados en Innovación Organizacional y la farmacéutica Pharmalat obtuvo el trofeo a la Innovación Comercial. Estas marcas simbolizan la aspiración constante a un óptimo desempeño en empresas de todo tamaño y ramo, así como la posibilidad constante de crecimiento mediante productos originales y búsqueda de nuevos mercados, lo cual, a su vez, crea oportunidades laborales y un ciclo virtuoso de gran fortaleza productiva.

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