EDITORIAL

Hermandad debe brillar

Durante demasiado tiempo Guatemala ha estado sujeta a polémicas y discursos de resentimiento, de reclamo e inculpación de unos sectores hacia otros. La persistencia de los grandes desafíos nacionales de pobreza, deficiencias educativas y limitación de oportunidades demuestra la esterilidad de los cruces de señalamientos. Ciertamente los gobiernos de turno han tenido graves incumplimientos e históricas omisiones respecto del desarrollo humano. Cada gobernante fue electo a causa de sus ofrecimientos, libremente formulados, y juró cumplir con ellos de manera imperativa.

Sin embargo, los mismos guatemaltecos también deben emprender nuevas formas de cooperación y de empatía. Desde el seno mismo de las familias puede comenzar un movimiento, quizá de pequeño alcance en lo individual pero que puede llegar a ser grande en resultados si se multiplican las iniciativas. Una sola familia puede marcar la diferencia al identificar a otro hogar que esté viviendo en precariedad económica, por efectos de la pandemia, el desempleo, el deceso de alguno de los padres u otra causa. Comprometerse a ayudar con víveres, con útiles escolares o algún obsequio para los niños en la ya próxima celebración de Navidad puede lograr mucho más que mil discursos demagógicos de políticos que ya se aprestan a alfombrar el año preelectoral de cizañas polarizantes.

A nivel personal o de grupos de amigos existe también la opción de aportar un momento de alegría al donar un pastel, una refacción o una piñata para un orfanato o un hogar de ancianos. Las condiciones sanitarias aún no hacen aconsejables las visitas grupales, pero ello no impide la organización de alguna colecta en beneficio de una causa noble.

Los sentimientos positivos afloran en los últimos días del año. Las luces se encienden, las sonrisas se hacen frecuentes, las esperanzas son cálidas y los objetivos para el 2022 se trazan desde ya. Pero nadie puede triunfar solo: siempre necesita el apoyo de alguien más, ya sea padres, hermanos, maestros… En la misma medida, los guatemaltecos tienen un corazón grande y generoso que puede dar un poco más de sí para acompañar a los más desfavorecidos. Así lo han mostrado los actos de generosidad presentados en la tradicional campaña 21 días de dar felicidad, publicada por Prensa Libre, como un motivo de inspiración que invite a multiplicar la empatía.

Lamentablemente no todas las navidades pueden ser brillantes y dichosas. Existen regiones del país en las cuales la conmemoración del nacimiento de Jesús pasará en medio de carencias, ya sea por desastres climáticos, desempleo o pobreza crónica. El municipio de Panzós, Alta Verapaz, es uno de esos puntos en donde la crisis de desnutrición se mantiene igual o peor desde que asumió el actual gobierno, bajo la promesa, libremente proferida, de luchar contra ese flagelo.

Los cuestionamientos al sector oficial se reiteran en este y otros campos. Sin embargo, es probable que los ciudadanos, desde su propia realidad, reflexionen sobre la necesidad de dar ejemplos concretos a los niños sobre el significado verdadero de compartir con el prójimo en Navidad.

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