Editorial
Libres expresiones
Nuestro nombre dice lo que somos, y por ello en la sección de Opiniones hay total libertad para el abordaje de temas, sin cortapisas ni limitaciones.
Desde el primer día, desde la primera edición de Prensa Libre, que salió a la calle el 20 de agosto de 1951, existió y sigue existiendo un espacio editorial destinado a las opiniones, a la libre expresión de ideas, al análisis de autor, a la disección de grandes problemas nacionales, a la aproximación técnica de preocupaciones ciudadanas, a la propuesta de soluciones desde un punto de vista fundamentado, a la crítica de abusos de funcionarios, al comentario artístico, desde diversas perspectivas, prismas diferentes y plurales puntos de vista, pero todo con una faceta en común: la intención de aportar a la construcción de un mejor país.
Nuestros fundadores escribieron sus propias columnas, en las cuales abordaban de frente y con su firma sus perspectivas sobre la política nacional, sucesos internacionales, desafíos del desarrollo, problemas económicos, desatinos de funcionarios, pero también causas nobles, elogios a grandes logros deportivos e intelectuales, encomios a notables, temáticas que han figurado en la sección de Opinión en la pluma de decenas de columnistas y articulistas.
Nuestro nombre dice lo que somos, y por ello en la sección de Opiniones hay total libertad para el abordaje de temas, sin cortapisas ni limitaciones. Por eso existe un amplio espectro de posturas, sectores, profesiones y experiencias del quehacer nacional. Cada uno de nuestros columnistas y articulistas está informado de que no existe ninguna condición sobre el tema o el estilo para desarrollar su columna; la única restricción, por respeto a esa misma pluralidad, es abstenerse de manifestar apoyos o favoritismos en materia de política partidaria o electoral, una regla establecida y declarada por consenso de los fundadores en 1962, como una cláusula para proteger la línea independiente del medio.
Esto de ninguna manera contradice nuestra convicción por la defensa de la democracia, el estado de Derecho y las garantías fundamentales; por el contrario, fortalece la aspiración constante a la equidistancia e imparcialidad en el abordaje noticioso de hechos y decisiones públicas, lo cual se ve complementado con una gama de opiniones, a veces coincidentes, a veces contrastantes: un reflejo de la cambiante realidad cotidiana.
Por eso constituye una feliz coincidencia, con nuestro ya próximo aniversario 73, el anuncio de la sumatoria de nuevas voces en nuestras columnas de opinión, siempre en busca de abordajes que contribuyan a comprender mejor los tiempos que enfrentamos en el país y el mundo. Existen distintas líneas de pensamiento, pues de eso se trata: de pensar diferente, de tender puentes y atreverse a encontrar conceptos de entendimiento. Entre las nuevas plumas o más bien los nuevos teclados que entran al sano debate de las ideas se encuentran profesionales de diversas disciplinas, con respetables trayectorias de servicio al país, así como expertos en áreas que demandan mayor profundidad como la educación, las finanzas o el Derecho Constitucional.
Guatemala vive tiempos desafiantes, y para contar con mejores insumos para la toma de posturas o decisiones, nuestras audiencias necesitan una completa gama de elementos de juicio. Desde aquella tarde del 20 de agosto de 1951 nos comprometimos por escrito a favorecer el sano debate público y la resolución civilizada de situaciones mediante la palabra. Y lo seguimos haciendo.