EDITORIAL

Mejora educativa es la llave de otro futuro

A pesar de su importancia y de su carácter estratégico para poder replantear un mejor futuro a mediano plazo, la educación no pasa de ser abordada con enunciados de buenas intenciones, frases comunes y objetivos demasiado generales que ya en los gobiernos solo prolongan el actual estado de cosas con unos cuantos intentos de mejora aislados que no responden al problema de fondo: la necesidad de un desarrollo humano integral, efectivo y que inserte al país en la dinámica económica global.

Son pocos los candidatos que abordan asuntos torales como la relación que tendrán con dirigentes tan cuestionados y desprestigiados como Joviel Acevedo, personaje que en cada cuatrienio reaparece con nuevas presiones y chantajes, o bien como una fuerza de choque para apoyar aviesas iniciativas toda vez se le haya concedido la exacción reclamada. Es una actitud que se mueve entre la indecisión y la conveniencia coyuntural, pero que condena al sistema educativo a un limbo.

Sin transformaciones y liderazgo positivo, la calidad educativa continuará varada. El reto para quien asuma el próximo gobierno es el de asegurar para la niñez y juventud los recursos necesarios para una formación transformadora, acorde a los tiempos económicos y a las exigencias de aptitudes, tanto para insertarse en el mercado laboral como para comenzar un negocio. Existe ya el valioso precedente de tantas personas que se han desarrollado en la economía informal, que demuestra el espíritu de emprendimiento del guatemalteco, pero es necesario dotarlo de herramientas conceptuales, operativas y comunicacionales que puedan conducir este potencial a otro nivel.

Empresarios por la Educación presentó recientemente una hoja de prioridades dirigidas a los candidatos presidenciales. Desafortunadamente solo asistieron cuatro de la veintena en contienda, una evidencia de la importancia que le conceden los políticos al tema en sus agendas. El desarrollo de la educación preprimaria es el primero de los desafíos planteados a los partidos en campaña, en cuanto a ampliar la cobertura de los grados iniciales, que hasta el momento solo cubre a la mitad de los niños en edad preescolar.

A continuación viene la profesionalización y evaluación de la calidad de los docentes, puesto que, de 28 mil 913 que optaron a una plaza en el Mineduc, solo la mitad tenía las capacidades mínimas en lectura y únicamente uno de cada tres consiguió superar las pruebas matemáticas. Asimismo, es necesario un plan de certificación de centros educativos, a fin de garantizar la eficiencia de sus procesos administrativos y pedagógicos, lo cual incluye facilidades tecnológicas y disposición de los espacios de aprendizaje; la calidad y cantidad de los días de clase constituyen otro factor crítico en el que el liderazgo sindical negativo ancla su resistencia.

Finalmente, pero no menos importante, es la revisión curricular de la educación secundaria y de diversificado, a fin de que incluya contenido que fomente el pensamiento científico y el criterio, para que los estudiantes puedan tener mejores oportunidades de empleo. A 10 días de las elecciones resulta triste ver que existen temas como la pena de muerte, las dádivas o incluso desfasadas apelaciones ideológicas, como motores del voto, en lugar de centrar la atención de los electores en la llave que podría abrir la puerta de un nuevo futuro para millones de guatemaltecos.

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