EDITORIAL

Próceres de esfuerzo, voluntad e innovación

Lecciones inspiradoras de creatividad, adaptación a un entorno difícil y fortaleza ante una adversa circunstancia económica son las que brindan a diario decenas de micro, pequeños y medianos empresarios que se vieron obligados a cambiar el giro de productos y servicios para poder sobrevivir en medio de las restricciones sanitarias impuestas en marzo para combatir la propagación del covid-19 y cuyos efectos persisten a pesar de la paulatina reapertura.

Se trata de personas que se vieron compelidas a una transformación que obligó a variar la elaboración, presentación, promoción y distribución de productos tan disímiles como artículos para el hogar, comidas, bebidas, accesorios de oficina, desinfectantes, pasteles, pinturas o servicios de limpieza. Nadie tenía manuales para saber exactamente qué hacer, pero no se quedaron de brazos cruzados y emprendieron el cambio con la vista puesta en el bienestar de sus familias, pero también en las de sus colaboradores.

Meseros que pasaron a convertirse en mensajeros, empaques que se rediseñaron para brindar mayor seguridad a los consumidores, restaurantes que dieron el salto al mercadeo en redes sociales: de todo se ha visto a lo largo de seis meses que sin duda resultaron devastadores para las expectativas económicas planificadas, pero extremadamente fértiles para el florecimiento de la innovación. Historias de angustia y éxito, de incertidumbre y reinvención abundan en #AdelanteGuate, la campaña que impulsan la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), Banco Industrial (BI) y The Central America Bottling Corporation (CBC) junto con Prensa Libre y Guatevisión, para contribuir con la recuperación y pervivencia de pequeños y medianos negocios en el país.

El Banguat dio a conocer el más reciente informe del Índice Mensual de Actividad Económica, según el cual el consumo sigue en cifras negativas —en relación con períodos anteriores—, pero con una magnitud mucho menos pronunciada que en abril o junio. Es decir, existe una recuperación paulatina en el comercio a partir de la reapertura emprendida en agosto, y esto ha conllevado la reactivación de plazas laborales y salarios que a su vez impelen una nueva fuerza al ciclo productivo.

La dura prueba todavía no ha concluido, los temidos repuntes del coronavirus en áreas específicas son una amenaza constante y en su prevención tiene la ciudadanía un papel de primer orden. Si bien a nivel de Gobierno se han tenido algunos tropiezos comunicacionales, ya sea por contrasentidos, ambigüedades o descoordinaciones, la batalla contra el virus continúa y ello implica un lastre de variable impacto en los sectores productivos, según ramo, región, logística, movilización y, por último pero en un primer orden, la salud de sus colaboradores.

A tres días de la conmemoración patria del 15 de septiembre, cuando se cumplen 199 años de la Independencia, el país —y toda la región, y todo el mundo— enfrenta uno de sus más grandes desafíos. Pero hay algo que ningún virus puede infectar ni destruir, sino solo acrecentar: el ánimo decidido del guatemalteco que a diario madruga para ganarse la vida con excelencia, el espíritu de superación de quienes mantienen avante un emprendimiento que se ha adaptado a las demandantes circunstancias, el amor patrio de quienes luchan por llevar el sustento a la mesa de su hogar, que es como una pequeña patria a la cual volver tras una ardua jornada.

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