EDITORIAL

Requisito: hablar inglés

Miles de jóvenes lograron egresar de diversificado pese a las vicisitudes generadas por la pandemia, pero salen a un mercado laboral incierto, que no cuenta con suficientes plazas laborales para absorber ese recurso humano. Las alternativas son difíciles: emigrar en busca de las oportunidades que no existen en el país, sumarse al sector informal o tratar de seguir una carrera universitaria que a menudo precisa de recursos para matriculación, cuotas y libros, lo cual obliga a buscar un trabajo que permita sufragar tales gastos.

Es precisamente por esta alta demanda de empleos que resulta tan lamentable y paradójica la pérdida de 48 mil plazas o, más bien, la falta de 48 mil personas con suficiente dominio de inglés para poder desempeñarse en centros de llamadas, un sector que además de ofrecer horarios flexibles brinda una remuneración muy superior a la que se percibe en otro tipo de empleos tradicionales. Baste decir que con una jornada normal se puede llegar a duplicar el salario mínimo y en poco tiempo se logran ascensos notorios.

Lo más triste es que estos trabajos “vuelan” hacia otros países en donde existen programas más sólidos para capacitar a jóvenes en la correcta escritura, pronunciación y comprensión del idioma inglés. Costa Rica y Colombia emprendieron desde el año pasado ambiciosos programas de capacitación bilingüe a distancia, una modalidad que en la actualidad es tan factible como necesaria, ya sea por razones sanitarias o para otorgar mayor alcance, interacción y calidad al aprendizaje.

En Guatemala, el Gobierno presentó recién en septiembre un programa de becas para graduandos de la educación pública, cuyo cupo ya está completo, pero es a todas luces insuficiente y también tardío. Las autoridades de Educación bien pudieron arrancar el año con este proyecto, pues el desafío del inglés no es nuevo. Ya que lo brinda junto con el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad, urge tomar en consideración la apertura de más secciones y horarios para poder ofrecer la oportunidad a jóvenes egresados de colegios, en este año o en los anteriores más recientes, así como a migrantes retornados.

La deficiencia en el dominio de inglés trae a colación un problema que ha sido largamente tolerado por las autoridades. Numerosos planteles ofrecen carreras de diversificado con el atractivo apellido de “bilingüe”. Algunos aseguran que proveen de esta competencia de manera profesional, exigente y responsable. De hecho, muchos de sus egresados se incorporan al ya mencionado sector de atención de clientes en inglés, como una opción laboral de inicio.

Sin embargo, también hay incontables colegios, coloquialmente llamados “de garaje”, en los cuales se dan dos brochazos de inglés para principiantes, que apenas distan de lo que se recibe en preprimaria y primaria, solo para salvar las apariencias, sin certificación ni supervisión real. Para no perder clientes aprueban a los egresados con lo mínimo, pues el curso de inglés forma parte del currículo nacional, pero en realidad no saben ni decir “en qué le puedo ayudar”, en inglés, a quien espera una atención de calidad al otro lado del teléfono. Y así se perdieron este año 48 mil sueldos mensuales que hubiesen sacado de apuros a muchas familias.

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