EDITORIAL

Toda crisis trae oportunidades

En el sentido más proactivo de esta frase, tan usual en el campo del pensamiento estratégico, pueden resumirse las esperanzas de un giro administrativo en la gestión de los hospitales destinados desde hace dos meses para atender a pacientes de coronavirus. Los centros asistenciales en Villa Nueva y el Parque de la Industria en este momento se encuentran en el ojo público debido a las quejas de médicos sobre escasez de equipo de protección, falta de medicamentos, mala alimentación e insuficiente personal para atender los casos actuales, que ocupan un 80% de capacidad instalada hasta ahora.

El lunes 11 fueron los médicos del hospital de Villa Nueva y ayer los del Parque de la Industria quienes se atrevieron a romper el silencio para denunciar las serias limitantes y riesgos con los cuales deben prestar sus servicios. Se trató de expresiones comedidas y respetuosas, pero firmes, con lo cual se puede descartar cualquier intencionalidad de desprestigiar a la administración gubernamental, puesto que son sus propias vidas las que se encuentran expuestas en las condiciones actuales.

Lamentablemente, más tardaron los médicos en armarse de valor para dar a conocer sus preocupaciones que el recién nombrado viceministro Germán Scheel en divulgar un video en el cual prácticamente les reclama por haber hecho pública la dramática situación, a la vez que negaba la dimensión de los problemas evidenciados. Puede ser incómodo escuchar voces disidentes, pero es algo necesario. No es sano tener solo expresiones de aprobación y elogio. Los llamados de alerta constituyen una oportunidad para subsanar los inconvenientes y aprender de los errores.

Es oportuno señalar la inconveniencia de cualquier reacción de represalia o de descalificación. Los médicos intentaron otras vías de comunicación y fue infructuoso. De hecho, cabe señalar que es través de los resultados de desempeño, y no de discursos en redes sociales, que se debe auditar la función de los viceministerios y funcionarios responsables de los suministros esenciales. Es necesario detectar en tiempo real dónde están los fallos administrativos o incluso eventuales conflictos de interés que entorpecen adquisiciones y, en general, la respuesta nacional a una amenaza sanitaria avasalladora.

También debe quedar muy claro que ningún partido, grupo o persona políticamente expuesta debe buscar rédito promocional o preelectorero alguno, sino centrarse en plantear propuestas concretas y en contribuir al abordaje institucional. Las fortalezas y oportunidades exhibidas al decretarse la calamidad en marzo se deben aprovechar y relanzar, pero al mismo tiempo hay que encontrar a los responsables de que las debilidades y suposiciones no hayan sido atajadas a tiempo, lo cual condujo a la actual premura, que, no obstante, debe convertirse en un nuevo comienzo.

Finalmente cabe resaltar el espíritu de humildad con el cual el vicepresidente Guillermo Castillo se expresó anoche acerca de las deficiencias señaladas por el personal médico y paramédico. Ciertamente se heredó un sistema de salud con deficiencias atávicas y es sobre esa base que se emprendió el trabajo de la emergencia sanitaria. No es fácil tener la integridad de ofrecer disculpas al personal que pone su vida en juego para atender a otros hermanos guatemaltecos. Fue una buena forma de abordar este nuevo inicio.

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