EDITORIAL

Valorar identidades

Una vez pasado otro 12 de octubre, otrora llamado incorrectamente Día de la Raza, ahora denominado Día de la Hispanidad, en conmemoración de la llegada de la expedición española de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo, resulta conveniente resaltar que esta efemérides desata agudos juicios históricos que rechazan la palabra descubrimiento e instalan el término invasión, niegan que haya sido un encuentro de culturas y enfatizan las rudas batallas de conquista que se dieron en los años siguientes. Hay razón en tales abordajes historicistas que recalcan los grandes errores y vacíos que poblaron los relatos que durante décadas se impartieron en las aulas de escuelas y universidades.

Indudablemente no se puede cambiar los hechos de la historia, positivos o negativos; tampoco se pueden borrar determinadas acciones políticas, militares e incluso religiosas que fueron en detrimento de las culturas originarias del continente, entre ellas los pueblos mayas de Guatemala, que fueron subyugados bajo argumentos hoy rebatidos y rebasados.

No obstante, hoy existe una revalorización de los valores de las culturas originarias, una libre expresión de su cosmovisión e incluso espacios de rescate de aquel conocimiento ancestral que logró sobrevivir al paso de los siglos. Una clara prueba de ello son los 21 idiomas mayas que siguen vivos en Guatemala, algunos de ellos en pleno esfuerzo por ser renombrados con el término correcto, evidencia precisamente de su vigencia y uso regional.
En el plano educativo, a lo largo de una década se ha logrado insertar con bastante éxito el curso de segundo idioma maya en escuelas y colegios. Los esfuerzos de investigación lingüística para preservar la gramática y unificar la fonología y ortografía de estos idiomas, que arrancaron en la década de 1990, hoy se ven plasmados en libros de texto, obras literarias y manuales de aprendizaje para diversos grados.

Es indudable que el aporte de los creadores literarios, como el del fallecido poeta k’iché Humberto Ak’abal, constituyeron una valiosa ventana que acercó dos mundos a cinco siglos de aquel 12 de octubre de 1492 que dejó tantos episodios infaustos a la vez que afortunados intercambios en agricultura, gastronomía, costumbres e identidad. Así también existen numerosos profesionales mayas en diversos campos que exhiben las posibilidades de constante superación cuando se brindan las oportunidades necesarias. La difusión de textos, memoriales y tradiciones prehispánicas, así como el descubrimiento de la monumental riqueza arqueológica constituyen símbolos de grandeza que enaltecen a todos estos pueblos.

Es justo y conveniente mantener e incentivar la valoración de las raíces culturales de los pueblos que cohabitan en el territorio de Guatemala; fomentar el diálogo, impulsar el respeto pluricultural y reforzar los emprendimientos económicos en todas las regiones constituye la única herramienta para conseguir un desarrollo sostenible y con pertinencia étnica. La globalización e interconexión digital constituyen circunstancias que pueden y deben ser aprovechadas para facilitar el conocimiento, eliminar prejuicios y tender puentes de entendimiento nacional.

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