EDITORIAL
Vivan las guatemaltecas
Esta expresión busca abarcar el sentido pleno de la palabra “vivan”, no solo como una interjección de júbilo, sino como una declaración vehemente sobre la necesidad de garantizar el derecho a la vida y la integridad de niñas y mujeres guatemaltecas, el cual se ha visto conculcado e incluso segado a lo largo de la historia y también en fechas recientes. Enero del 2021 trajo un repunte de mortales agresiones que constituyen, cada una, un motivo de vergüenza y cuestionamiento para el Estado, pero también para la sociedad misma.
Es tiempo ya de aniquilar patrones machistas, estereotipos desfasados e infravaloraciones caducas. Las guatemaltecas tienen un valor intrínseco, pero además de ello lo refrendan a diario con su creciente aporte en diversas áreas como la intelectualidad, la administración pública, el deporte, el emprendedurismo y la conducción de empresas, la tecnología, las artes, la medicina y todos los campos de desarrollo profesional, así como en su vida familiar, participación comunitaria y la lista de facetas continúa.
En Guatemala sigue pendiente la agenda de desarrollo integral sostenido, que permita crear un círculo virtuoso de nutrición materna que a su vez conduzca a garantizar una sana ventana de los mil días, a priorizar la nutrición infantil y a proveer educación preprimaria, primaria y secundaria equitativa para que las niñas tengan mejores oportunidades laborales y académicas en un entorno altamente competitivo. El tema no es nuevo. Desde que se efectúan las mediciones para el Informe Mundial de Desarrollo Humano se ha insistido una y otra vez en potenciar el valor de la mujer como un objetivo imprescindible para la mejora de los países.
Con cada ciclo político se repiten las cantaletas propagandísticas, muchas de ellas sin mayor trasfondo, sin intención de establecer programas con visión de Estado o que simplemente reproducen patrones clientelares en indigno aprovechamiento de la pobreza, la precariedad y el anhelo de un porvenir más promisorio. Se necesita ayuda inmediata en ciertas regiones, sí, pero también de programas serios, con fundamento técnico y sin trasfondos de chantaje por votos.
El panorama es adverso, pero también hay muchas razones para la esperanza. En el ejemplar de hoy es un verdadero honor poder presentar los aportes de creadoras guatemaltecas en diversas ramas de expresión estética. En un país donde el arte suele ser regateado y sujeto a tantas limitaciones, ellas saben poner la emoción, la creatividad y la innovación. Sin embargo, estas mismas características también afloran en el esfuerzo de emprendedoras, nacidas en Guatemala, pero que han lanzado exitosos modelos empresariales fuera de las fronteras; un motivo más para admirar la proactividad que demuestran y para subrayar la necesidad de impulsar el potencial de tantas niñas y jóvenes.
Es por ello que se debe proteger su integridad. Es por ello que la educación debe superar los liderazgos obtusos y encaminarse a una etapa de renovación. Es por ello que este 8 de marzo se debe exigir justicia por las víctimas de la violencia, a fin de que se establezcan precedentes memorables y aleccionadores.