EDITORIAL

Viven para salvar vidas

Improvisar conexiones de mangueras de oxígeno para ventilar a varios pacientes, consolar a los internados por coronavirus que lloran por las noches o simplemente estar lejos de sus familias para evitar el riesgo de contagio son algunas de las acciones sencillas, cotidianas, pero significativas que ha tenido que efectuar el personal de primera línea en la atención de la pandemia, al cual Prensa Libre designa como Personaje del Año 2020, como reconocimiento a una labor que va más allá del deber.

En este grupo de guatemaltecos al servicio de guatemaltecos hay médicos, especialistas de enfermería, bomberos, paramédicos, laboratoristas y personal de apoyo de los hospitales nacionales, tanto de referencia como aquellos temporales creados este año. Resulta imposible poder separar la labor de unos u otros. Al sopesar los méritos, la entrega y la abnegación, cada uno representa un aporte valioso en la guerra contra el coronavirus.

En un país con históricas carencias en el sistema de salud, enfrentarse a una pandemia representa un desafío que solo se puede superar con dedicación profesional, convicción de servicio y mucha valentía. Quienes desarrollan las labores de atención a pacientes, análisis de pruebas de detección y traslado de casos sintomáticos prácticamente se exponen a padecer las consecuencias de este mal que vino a sacudir al mundo en todos los sentidos. Se trata de un riesgo que puede ser disminuido mediante estrictos protocolos sanitarios y uso de equipo protector, pero hasta esto ha tenido momentos de precariedad. El personal se ha visto obligado incluso a utilizar bolsas plásticas y cinta adhesiva para improvisar trajes aislantes.

Y si bien el riesgo propiamente biológico es evidente, también existe un impacto emocional que no siempre es adecuadamente reconocido: horas de desvelo, el pesar por el deceso de pacientes, la conmoción al observar la reacción de familias dolientes e incluso la decepción de observar a cientos de personas que descuidan las normas de protección en centros de comercio, vías públicas y actividades sociales, que obvian los protocolos recomendados.

Para Prensa Libre es un honor exaltar a los equipos hospitalarios que hoy mismo se mantienen en alerta al servicio de la ciudadanía.

El Personaje del Año 2020 tiene muchos nombres y apellidos, tiene historia personal de esfuerzo y mística; también tiene una familia a la cual proteger. También hay personal que laboró en la primera etapa de atención a la pandemia y ya no se encuentra en los hospitales, ya sea por falta de pago o porque su contrato no se renovó, pero también contribuyeron a escribir, silenciosamente y sin afanes de protagonismo, este capítulo histórico episodio nacional de sacrificio, dedicación y amor.

Hay una segunda ola de contagios en proceso y también hay nuevos llamados a reforzar los cuidados de distanciamiento, lavado de manos y uso de mascarilla. Quizá en la observancia de los mismos se encuentre la mejor manera de valorar el trabajo que se efectúa en los hospitales. Este capítulo difícil terminará gracias a un esfuerzo colectivo, pero nunca se olvidará a los heroicos guerreros que pusieron en juego su vida para salvar la de otros.

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