ESCENARIO DE VIDA

El actual sueño americano

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Después de haber estado en EE. UU. un tiempo, sigo de cerca la situación de los migrantes que partieron de  masivamente para cruzar la frontera, y veo que algunos se están regresando por enfermedades, agotamiento o simplemente desistieron de pedir asilo por miedo. No obstante, la mayoría sigue con la idea fija de llegar a EE. UU. para vivir el sueño americano.
 

Lo que más preocupa al gobierno estadounidense, y con sobrada razón, son algunas maras, miembros del narcotráfico y crimen organizado infiltrados dentro de las caravanas. Con este simple hecho se justifica que se detenga la caravana y se analice caso por caso, para que quienes realmente necesitan asilo sean atendidos y los que llegan para causar dificultades sean deportados. Pero lo que es un hecho innegable es que la gran mayoría son personas decentes, trabajadoras y desesperadas por poder brindarle a sus familias una vida llena de oportunidades.

Luis Gómez, un connotado abogado especialista en temas migratorios, hijo de guatemaltecos, y nacido en EE. UU. opina que históricamente los republicanos siempre han sido más rigurosos y severos. Ahora la política cero tolerancia se está cumpliendo, aseveró Gómez, aunque esa política es contraria a la moral de ese país. Por ejemplo, toda persona que ingrese clandestinamente resulta detenida y se enfrenta a cargos criminales.

Gómez señala que siendo un inmigrante de primera generación, nacido en Estados Unidos, no sabe lo que podrá pasarle a millones de hijos de inmigrantes como él, ya nacidos allí. Por ejemplo, ¿se les deportará aunque legalmente ya sean norteamericanos? No obstante, Gómez piensa que ahora ya no sera tan fácil para el presidente Trump pasar las leyes que hubiese querido, pues al haber ganado los demócratas la Casa de Representantes, se le complicarán los planes, aunque los republicanos hayan ganado el Senado. En todo caso, siempre es bueno el balance.

Para muchos republicanos y demócratas la migración debe ser ordenada y regularizada. Recordemos a Fidel Castro cuando anunció que mandaría a algunos cubanos para que entraran a EE. UU., y simplemente mandó a los peores criminales y maleantes de la isla. Sin embargo, el diario USA Today contó la historia de un niño de tres años que fue separado de su padre y tuvo que defenderse solo frente al juez para evitar la deportación. ¿Cómo puede un niño de tres años defenderse sin tener la madurez para entender de qué se le acusa y sin saber el idioma? Gómez cuenta que gran porcentaje de estos niños no logran reunirse de vuelta con sus familias, siendo esto una violación a sus derechos humanos, pues se quedan huérfanos.

Quienes están regresando a sus países no se quitan de la cabeza el volver nuevamente en otra Caravana. “Me voy a ir 30 veces más si es posible”, aseguró Daniel Castañeda, un joven de 18 años de Comayagua. Reny Maudiel, un adolescente de 16 años también manifestó: “No le digo cuándo, pero de que me voy a seguir yendo, me voy a seguir yendo. Mi país —Honduras— se va a quedar vacío”, aseguró el chico, ya que para él es insostenible seguir viviendo en su tierra natal.

Lo que es positivo para EE. UU. es que el presidente Donald Trump está velando por su propio país, por su gente, por sus fronteras y su economía, esta última que ha elevado tremendamente. ¿Y nosotros qué hacemos? Es responsabilidad de cada país cuidar sus fronteras. Si nuestros gobiernos en Centroamérica no se ocupan de buscar soluciones para elevar nuestras finanzas, brindar educación, asegurar empleos, erradicar la violencia y corrupción y fomentar la equidad, jamás impediremos que nuestra gente emigre. Si seguimos así, partirán muchos millones más. ¡Y nos quedaremos solos!

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