LIBERAL SIN NEO
Elecciones pobres y concurridas
Alguien dijo que las próximas elecciones serán las más pobres y es probable que tenga razón. También serán las más cortas; la campaña durará tres meses. Las reglas para los comicios son complejas y sufren de una sobre ingeniería para evitar todo mal, violando derechos fundamentales como la libertad de expresión.
El límite de gastos de campaña electoral de los partidos políticos es el equivalente en quetzales de cincuenta centavos de dólar de EE. UU. por cada ciudadano empadronado, que equivale a Q29.6 millones. Esto puede parecer más que suficiente, pero no es; con 340 municipios, equivale a Q87 mil por municipio y con 22 departamentos, significa Q1.35 millones por departamento. Este techo desfavorece a las caras y agrupaciones frescas.
El techo de campaña de los comités cívicos tiene un diseño bizarro, ya que se fija en el equivalente en quetzales de 10 centavos de dólar de EE. UU. por cada ciudadano empadronado de la circunscripción municipal. En el departamento de Guatemala, cada comité cívico puede gastar hasta Q586.5 mil, en San José del Golfo Q6 mil, en San Bartolomé Milpas Altas Q3.4 mil, en Santa Catarina Barahona Q2.2 mil y en Santa María Visitación Q1.2 mil. No alcanzará para dar café y champurrada en los mítines, menos aún gorras o playeras que en todo caso, parece estar prohibido. A este punto de diseño se llega, que en algunos municipios se puede gastar poco más de mil quetzales en la campaña para la alcaldía. En estos casos, los comités gastarán más en pago de contador y abogado, que en la campaña electoral.
' La sobrerregulación provoca tres incertidumbres por cada mal que pretende corregir.
Fritz Thomas
De conformidad con el artículo 220 de la LEPP, el monto para el financiamiento público que promueve un acceso igualitario a los espacios de tiempo y espacio en los medios de comunicación es de Q78.1 millones. La Unidad Especializada sobre Medios de Comunicación y Estudios de Opinión del TSE hizo el sorteo para distribuir la propaganda para la campaña electoral, que se hizo con una tómbola, extrayendo una pelota con el nombre de la organización política y así asignaba el lugar para la pauta, tanto para radio como para televisión.
Los medios están sumamente molestos, ya que el TSE pagará las pautas a razón de 20% de la tarifa normal. Los partidos y candidatos tienen prohibido pautar propaganda en los medios. No se podrá hacer propaganda en redes sociales, ya que Facebook, Google, Instagram y Google no se inscribieron en el TSE. Cada partido podrá desplegar un máximo de 12 vallas en todo el país, para todos sus candidatos. ¿De dónde salió este número 12 que no llega siquiera a una por departamento?
Quedan muchas dudas. Escuché en la radio una entrevista que Marta Yolanda Díaz Durán y Jorge Jacobs le hicieron a una funcionaria del TSE y me dejó con más preguntas que respuestas. No queda claro si invitar a un candidato a ser entrevistado en un programa de televisión constituye propaganda. Si alguien organiza un foro con solo algunos candidatos y hace publicidad para el evento ¿esto constituye propaganda en medios? En todo caso, serán funcionarios del TSE los que decidirían, a su discreción. Parafraseando a un famoso presidente: si se mueve, pídale informes y documentos, si se vuelve a mover, póngale multa y si insiste en moverse, clausúrelo.
La sobrerregulación provoca tres incertidumbres por cada mal que pretende corregir. Sin duda, las campañas electorales cansan y saturan a la población. El financiamiento electoral ilícito es un abuso peligroso. Pero me temo que las actuales reglas del juego representan un remedio peor que la enfermedad, además de poner seriamente en jaque algunos “derechos humanos”.