LIBERAL SIN NEO

Es necesaria la innovación disruptiva

La experimentación e innovación disruptiva juegan un papel importante en el progreso de muchas actividades humanas; en la ciencia, tecnología, empresas y mercados, el arte y la educación. En el sistema educativo de Guatemala y particularmente en la educación pública, la experimentación e innovación están marcadamente ausentes. La educación pública está altamente politizada, ideológicamente dominada, sobrecargada e impedida por una burocracia centralizada y un modelo caduco. Con contadas excepciones, la infraestructura física y cobertura, así como la calidad docente y curricular, distan mucho de las promesas idealizadas que, en el marco de la educación como un “derecho”, se le hacen a la población.

Muchos piensan que todo se arregla con más presupuesto, cuando lo más necesario y urgente es introducir la experimentación e innovación disruptiva a un sistema agotado, incapaz de cumplir las expectativas y necesidades. Considero que los cambios más importantes deben darse en tres áreas; 1. Trasladar el subsidio de servicios educativos de la oferta, hacia la demanda, 2. Cambios de fondo en el contenido curricular y material pedagógico, y 3. Uso de tecnología moderna.

El control de los establecimientos de educación pública es remoto, guiado y dirigido por una burocracia centralizada. La familia está muy alejada de las decisiones. Es conveniente dar más “control local” a organizaciones de familias y autoridades locales, en la administración de recursos y contratación de docentes, para “acercar” el servicio a las necesidades de sus usuarios. Idealmente, el subsidio sería hacia un tipo de “vale educativo” que recibirían los padres de los alumnos, para ser gastado en establecimientos educativos, públicos o privados. Pueden estudiarse muchas formas y existen ejemplos; la clave estaría en descentralizar y acercar el control lo más posible, a comunidades y padres de familia.

Una pequeña élite burocrática define el contenido y forma de educar a toda la niñez y juventud de todo un país. El contenido curricular del sistema de educación público está plagado de corrección política, sesgo ideológico y propaganda, de poca utilidad para una educación integral y vida productiva. Es probable que un niño esté más expuesto a la retórica del calentamiento global y la igualdad de género que a cultivar habilidades comerciales. Es conveniente introducir más diversidad y métodos modernos en la preparación del contenido curricular y materiales pedagógicos; incluir no solo a maestros y académicos, sino a empresarios, profesionales y trabajadores exitosos, en el diseño de métodos y materiales.

Es sano apoyar a la marimba del pueblo, pero hoy día un niño puede ver y escuchar al mejor violinista del mundo, desde un teléfono celular. El mismo principio es aplicable para maestros y escuelas. Quizás se necesitan menos maestros y no más; en lugar de diluir el esfuerzo, puede pensarse en distribuirlo de manera diferente. Los mejores maestros podrían estar al alcance de estudiantes en todo el país, de manera interactiva, con el uso de tecnología existente, con la guía de maestros en el punto.

Desaconsejaría un cambio masivo y radical y abogaría por la implementación de programas piloto en diferentes puntos del país, que permitieran cometer errores a escala, aprender y cultivar lo que funcione para escalarlo. Creo que el sector productivo organizado, incluyendo sus fundaciones, podrían jugar un papel importante. La clave es el espíritu de aventura e innovación; buscar un nuevo modelo que sople las velas de la educación en una dirección más prometedora.

fritzmthomas@gmail.com

ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).

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