Mi adhesión a la exigencia gremial
ES INNEGABLE LA presión contra el periodismo tanto por el Gobierno como por políticos, oficialistas o de oposición, y especialmente en la provincia, donde han ocurrido secuestros y agresiones. Es evidente el uso de juicios para coartar la expresión de críticas y de noticias no favorables. En ese sentido, el presidente Otto Pérez Molina, la vicepresidenta Roxana Baldetti y el político Manuel Baldizón comparten el mismo lado de la cerca. De ellos, los dos primeros ya están en el último año de su período y por ello de alguna manera disminuye la posibilidad de afectar a la prensa independiente, es decir al país, porque la principal lastimada es la población, al quedar sin posibilidad de conocer ideas e informaciones distintas a la verdad oficial.
PERO EL CASO DE BALDIzón es particularmente preocupante. Si gana una elección tiene cuatro años para causar daño. Su plan, aunque lo niegue públicamente, es crear medios de prensa escrita, radio y televisión, cuyo fin es atacar a los adversarios. Su primer ataque se centra en quienes, por ejemplo, criticaron su plagio a una tesis doctoral y la vergonzosa actitud de la Universidad de San Carlos por permitirlo. Juan Luis Font y Pedro Trujillo son las primeras víctimas de esos medios creados con el fin mencionado. Esta actitud no se detendrá. Sería ingenuo pensarlo siquiera. Su evidente estrategia es descalificar e intentar destruir a quien no se presta a sus numerosas maniobras, llenas de calumnias y acusaciones sin base, o simplemente mentiras.
EL ATAQUE TERRORISTA en París ha despertado el análisis acerca del ejercicio de la libertad de emisión del pensamiento, la cual obviamente debe ir acompañada de una dosis de responsabilidad. En el caso de Baldizón y demás políticos latinoamericanos o guatemaltecos intolerantes con la crítica, ninguna de las informaciones ni críticas pueden ser calificadas de irresponsables. Simplemente, no le agradan y entonces crea grupos de testaferros periodísticos. No se reacciona por motivos ideológicos o de criterios distintos, sino porque no reflejan la única verdad: la del autodenominado líder. También hay tontos útiles, como quienes atacan a la prensa nacional —a la cual pertenecen por ser columnistas— con generalizaciones, injurias y calumnias.
LAS DICTADURAS SIEMPRE comienzan con una limitación o posterior eliminación de las críticas. Es una constante histórica. Se aprovechan de la libertad garantizada por las constituciones políticas para criticar a los gobiernos y luego, al llegar al poder —sobre todo si es a través de elecciones— reaccionan contra esa crítica utilizada por ellos y la libertad de disentir es eliminada paulatina o violentamente. Baldizón ha afirmado muchas veces estar seguro de su victoria electoral y entonces ese comienzo de la descalificación de los críticos es muestra de cómo actuará si logra realizar su sueño de ser presidente. La democracia engendra el germen de su propia destrucción en la falta de educación popular. Esa carencia es la cuna de voto por intolerantes y dictadores.