DE MIS NOTAS

Frases para elucubrar

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Que no había nada nuevo bajo el sol, lo dijo el salmista en Eclesiastés desde los tiempos bíblicos: “¿Hay algo de que se pueda decir: ¿Mira, esto es nuevo? Ya existía en los siglos que nos precedieron”.

A propósito de esta coyuntura con las supuestas enseñanzas aprendidas durante los últimos 11 años del combate de la impunidad, me puse a hurgar tratando de encontrar algunas frases de personajes que fuesen coincidentes con la realidad actual. Encontré un amplio reportorio.

Por ejemplo, FDR. Quién sabe que situaciones estaba enfrentando el presidente Roosevelt, muy similares en contexto con la nuestra, cuando dijo: “Cuando llegues al final de la cuerda, haz un nudo y agárrate”. Fácil de entender este refrán. Debería ser simple de aplicar. Esto, a pesar de que los resultados de su controvertido programa de llamado “New Deal” le dieron mucho oxígeno a su gobierno, con masivos aumentos en el gasto público vía déficits, “no mejoró significativamente la inversión privada. De hecho, retrasó su crecimiento porque muchos de los nuevos programas de FDR, así como su retórica, fueron percibidos como una amenaza para los inversionistas que postergaron compromisos a largo plazo hasta que el clima comercial fuese mejor”.

Me pregunto si el bajón de la inversión en nuestro país —que desde hace más de dos años se encuentra severamente restringida— no es coincidente con ese mismo sentir del sector privado en los tiempos de FDR, especialmente con el abierto lawfare o guerra jurídica, o el gobierno de los jueces —como quiera llamársele a la ausencia de un estado de Derecho que garantice el debido proceso, los contratos y las reglas de juego al inversionista.

Siempre habrá dos caras de la moneda. Pocos se percatan de que la moneda es una y que tiene dos lados. ¿Acaso no será hora de ponerse a pensar en la moneda…? ¿En nuestro país, como un todo? Seguir martillando un lado o el otro sin llegar a acuerdos de “fondo” producirá los mismos resultados. Sí… claro, hay dos versiones de esos resultados…

Me conforta la frase aquella del filósofo Heráclito. Es tan refrescante recordarla para combatir el hartazgo de la coyuntura: “No hay nada permanente excepto el cambio”. Así es. Este gobierno en menos de dos años ya no será. Habrá nuevos partidos. Nuevos candidatos. Otra Corte de Constitucionalidad, ojalá menos “activista” y más apegada a la Carta Magna. Otro Congreso, con nuevos diputados, ojalá jóvenes con ideales y deseos de servir y no servirse. Otra forma de combatir la impunidad, trayendo especialistas extranjeros al Ministerio Publico y Policía Nacional para trasladar competencias y experiencia sin gozar de poderes omnipotentes. Otro sistema de compras y contrataciones del Estado para eliminar los incentivos perversos y las compras opacas por la vía de verificadoras internacionales que certifican métricas, calidades, precios y resultados. Y otra burocracia, sin poderes discrecionales para otorgar concesiones a cambio de pagos, eliminando la mordida extorsionista.

Nada de esto es posible si no se aplica una condición esencial del diálogo resumida en una frase de Indira Gandhi: “No puedes dar la mano con el puño cerrado”. Una de las dirigentes más influyentes del siglo XX. La primera mujer de la historia parlamentaria de la India que llegó a ser elegida primer ministro del país. “Un personaje odiado y admirado, tenaz y contradictorio. Murió asesinada por dos de sus guardaespaldas. La división religiosa entre sijs e hindúes la acabó”. Pero su legado es aplicable en donde quiera que exista una polarización que acaba hundiendo al barco con todo y los que vamos adentro.

Cuesta entenderlo con el puño cerrado…

alfredkalt@gmail.com

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.