HAGAMOS LA DIFERENCIA
Panorama poco halagador
Guatemala continúa perdiendo oportunidades para su desarrollo, pues a pesar de que tenemos un país con gran potencial, con ejemplos de instituciones dignas de imitar y casos aislados de desarrollo como en el área de telecomunicaciones y el de energía eléctrica, existen estructuras enquistadas en el poder que no permiten encaminarnos hacia el desarrollo.
En las redes sociales leí algo que me dejó pensativo al referirse a Guatemala: “Antes nos preguntábamos si en este país tendríamos futuro… Hoy nos preguntamos si en el futuro tendremos país”. La cantidad de “me gusta” que le colocaron a este sarcástico comentario fue abrumadora. Es que hay desesperanza. La esperanza que surgió en el combate de la corrupción con la caída del presidente Otto Pérez Molina, y con el protagonismo de la Cicig en el 2015, fue lapidada al inicio de este año que se manifestó en dos actos políticos que muestran la forma cómo se está neutralizando el ataque a la corrupción. El primero fue la elección de la Junta Directiva del Congreso de la República, al seleccionar como presidente al novel Álvaro Arzú Escobar, hijo del alcalde de Guatemala. La revista de Análisis de la Realidad Nacional de la Usac expone lo siguiente: “La escogencia de Arzú Escobar se encuentra en la lógica de los realineamientos políticos ocurridos a partir del destape del caso Caja de Pandora por parte del MP-Cicig y que involucra al expresidente y alcalde capitalino, quien se ha convertido en uno de los principales soportes políticos del presidente Morales y en la cabeza de mayor autoridad dentro de una alianza de grupos conservadores, incluyendo una parte de Viva y Zury Ríos, y el alcalde de Villa Nueva, Edwin Escobar, a través de quien se mantiene el control de la Asociación Nacional de Municipalidades (Anam)”. Los cañones apuntan a vulnerar el Sistema Judicial.
El segundo acto, la destitución de Juan Francisco Solórzano Foppa como superintendente de la SAT, uno de los pocos aciertos al nombrar funcionarios en este gobierno, quien atacó frontalmente a los grandes evasores de impuestos, llevando a juicio a empresarios otrora intocables. Muchos grandes empresarios sintieron pasos de animal grande al ser ya investigados. La causa de su destitución fue no haber cumplido la meta de recaudación, que si fue cumplida casi en un cien por ciento, el funcionario merecía una dispensa de la ley en aras de continuar en la exitosa línea de recaudación emprendida, pues a pesar de las falencias en el sistema había un esfuerzo genuino por mejorar el ingreso a las arcas nacionales, demostrado en el año 2016.
Todo apunta a que con estos reacomodos, este gobierno culminará su periodo, protegiendo a los corruptos tanto públicos como privados, y en medio de los desaciertos y del aprovechamiento legal de los recursos del Estado, tal como los gastos superfluos y suntuosos que han salido a luz, así como el pago de bonos de difícil explicación, dietas por reuniones estériles, etc. mientras los índices principales, especialmente los sociales continúan deteriorándose. Es una vergüenza estar en el segundo lugar del índice de pobreza en Latinoamérica. Guatemala y los guatemaltecos estamos condenados a esperar otros dos años más. Deseamos que este sufrido país soporte llegar, y que los ciudadanos aprendamos a votar. Lo bueno es que nadie se ha atrevido a dar públicamente la cara para las próximas elecciones, sobretodo con lo sucedido a Manuel Baldizón la semana pasada. Dios se apiade de Guatemala y limpie todas las estructuras e instituciones que tienen que ver con el desarrollo en este país, incluidas las religiosas, en donde también se cuecen habas, tanto a lo interno como al respaldo de políticos inescrupulosos.