PLUMA INVITADA

Llegamos a las votaciones

|

En 1983 se integró el Tribunal Supremo Electoral (TSE) con lo que se inició el nuevo sistema electoral guatemalteco que tiene entre sus fundamentos y principios democráticos: la independencia e imparcialidad de la autoridad electoral, descentralización, pluralismo político, fiscalización por las organizaciones políticas, financiamiento estatal limitado y observación electoral. Durante 36 años le ha correspondido al TSE convocar y ejecutar 16 procesos electorales, de los cuales, ocho han sido de elecciones generales —presidenciales, diputados, corporaciones municipales y desde 1990, Parlacén—.

Hoy asistimos a las elecciones generales con reformas decretadas por el Congreso en el 2016, que fueron coyunturales a los acontecimientos políticos del 2015. Las principales se pueden resumir así: más duración del proceso electoral, dividido en tres etapas; mayor control y fiscalización del financiamiento privado a los partidos, límites a gastos de campañas electorales, control y restricciones a la propaganda electoral, obligatoriedad de participación de los partidos en elección presidencial, so pena de cancelación; y validez del voto nulo. La valoración de las reformas y su aplicación se hará, obligatoriamente, después de que finalice el proceso.

Esas reformas, junto a la crisis política, la polarización y fragmentación social que padecemos, han hecho que este proceso electoral sea inédito. Así llegamos al día en el que se realizan los actos electorales más importantes: la emisión del voto y su escrutinio.

Los distintos actores electorales debemos cumplir a cabalidad lo que nos corresponde. En cuanto a las autoridades electorales, hoy es el día de las juntas receptoras de votos, ya que les corresponde la recepción del voto de los ciudadanos y luego su cómputo y escrutinio, cuyos resultados son los definitivos, salvo el caso de impugnaciones. A los candidatos y dirigentes de los partidos políticos y comités cívicos electorales compete ejercer su liderazgo para que el día de las votaciones y subsiguientes transcurran con calma, y a los ciudadanos ejercer el derecho al voto con responsabilidad y aguardar con paciencia los resultados.

En procesos anteriores se ha tenido información rápida de resultados, pero ahora hay que tener en cuenta que se realizan cinco elecciones, se vota en las cabeceras municipales y en el interior de los municipios han aumentado los empadronados, estamos en pleno invierno, participan 25 partidos políticos y 19 binomios presidenciales, la transmisión de resultados será de exclusiva responsabilidad del centro de cómputo del TSE —antes en la capital y municipios aledaños se tuvo apoyo especializado de empresa privada—, hay más integrantes de juntas electorales departamentales y municipales. Todo esto hace pensar que los escrutinios y transmisión de resultados pueden tener retrasos que no deben hacer perder la cordura.

' Debemos confiar de que una vez más funcionará el sistema y elegiremos autoridades legítimas.

Gabriel Medrano Valenzuela,
exmagistrado del TSE

El sistema electoral guatemalteco tiene como una de sus fortalezas la descentralización de funciones: Juntas Electorales Departamentales, Junta del Distrito Central, Juntas Municipales y Juntas Receptoras de Votos, en las que participan miles y miles de ciudadanos. Los partidos políticos fiscalizan las votaciones, escrutinios, transmisión de resultados y, hay numerosos observadores internacionales y nacionales, por eso se debe tener la confianza de que celebramos otras elecciones que no permiten fraudes.

Debemos confiar de que una vez más funcionará el sistema y elegiremos autoridades legítimas, lo que seguirá contribuyendo a consolidar la democracia que, como sistema de gobierno y de vida, requiere como punto de partida de sistemas electorales estructurados jurídicamente que ofrezcan confianza a los ciudadanos.

ESCRITO POR: