EDITORIAL
Poderoso mensaje en contra de Maduro
Millones de venezolanos asistieron ayer a las urnas dentro del país y en numerosas ciudades alrededor del mundo, para mostrar su rechazo a la farsa que busca llevar cabo el régimen tiránico de Nicolás Maduro, con la pretendida elección, para el 30 de julio próximo, de una asamblea constituyente con el único objetivo de permitirle prolongarse.
Miles de centros de votación fueron habilitados a lo largo y ancho de Venezuela, en una consulta no vinculante y tampoco oficial, para responder también por el papel que los venezolanos desean juegue el Ejército, que en las actuales circunstancias está alejado del espíritu de la Constitución. Una tercera interrogante es sobre el papel que desean que desempeñen los poderes públicos en una auténtica democracia, los cuales ahora están sometidos a la sangrienta dictadura madurista.
En uno de los peores momentos para el régimen, después de cien días de protestas, Maduro pretende que una nueva asamblea redacte otra Constitución, idea intolerable porque significa una acción oportunista ante la inminencia de una rotunda derrota en las elecciones programadas para el próximo año, por lo cual el experimento oficialista, previsto para dentro de dos semanas, solo puede ser interpretado como una medida desesperada, que encaja con la sangrienta represión de estas últimas semanas.
Aunque el Gobierno no ha querido darle un carácter oficial a la consulta efectuada ayer, el Parlamento tiene la potestad de llevar adelante ese plebiscito, al haber una mayoría de oposición en el Congreso, lo que le da facultades constitucionales para consultarle a la población sobre la marcha inmediata del país, y aunque las resultados no sean vinculantes serán muy importantes por el mensaje que recibe el oficialismo.
Caracas es una de las ciudades donde la asistencia popular fue impresionante, no solo por masiva , sino también por el espíritu pacífico y festivo que se observaba en las entradas de varios recintos electorales, lo que hacía prever un duro revés para las fuerzas oficialistas, cada vez más arrinconadas por la reacción de una población harta del abuso y de las penurias a las cuales la ha llevado el fallido gobierno.
Otro hecho destacable es que esta nueva muestra de civismo de los venezolanos se ha llevado a cabo sin el concurso de las entidades oficialistas, dominadas por el chavismo, y con ello también se evidenció la inutilidad de instituciones cooptadas y porque la jornada transcurrió con relativa calma, salvo un incidente trágico motivado por sicarios oficialistas, en el que perdió la vida una persona y cuatro más quedaron heridas.
Si Maduro no reconoce el mensaje enviado ayer desde las urnas por parte del pueblo venezolano, corre el riesgo de llevarse un mayor fiasco si sigue adelante con su pretendida constituyente, porque hasta ahora las encuestas independientes muestran que 7 de cada 10 venezolanos rechazan esa farsa y, en consecuencia, se está ante el peligro de perder el poder a fuerza de votos.
Venezuela ha demostrado, una vez más, que se puede vivir en democracia y que para ello basta con que autoridades pusilánimes se hagan a un lado y permitan que la población se pronuncie y decida de manera libre sobre el modelo que pueda transformar su futuro.