EDITORIAL

Política y economía según José Mujica

Poca duda puede caber de que salieron satisfechos quienes ayer asistieron a la presentación del expresidente uruguayo José Mujica, dentro del VI Foro Regional Esquipulas, porque, como era de esperarse, habló durante casi una hora de sus puntos de vista acerca de política y economía. Sus palabras fueron muy claras y contundentes para criticar a todos los sectores sociales, en especial a los políticos y económicos, lo que hizo a veces de manera directa y en otras, con cierta sutileza.

Es importante recordar que el orador, a causa de sus 80 años y de ser expresidente, es un político cuyas afirmaciones no se pueden considerar que tienen un objetivo partidista o electoral. Tiene libertad absoluta. Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con él, pero no es posible señalarle un pensamiento poco coordinado, ni que deje a un lado la defensa de valores que se han mantenido por siglos.

Y es también justo expresar que los largos aplausos al llegar al escenario y al terminar su discurso demostraron que su fama de persona ajena a la corrupción no solo ha trascendido las fronteras de su país, sino ha logrado despertar el sueño de que la práctica de la política en este continente, y sobre todo en Guatemala, abandone el haberse convertido en un motivo de enriquecimiento y de afianzamiento de un egoísmo exacerbado. Los aplausos a Iván Velásquez, de la Cicig, fueron igualmente atronadores, mientras Alfonso Portillo debió sufrir un abucheo.

Al respecto de la política, Mujica señaló que los valores que la impulsan no son para aumentar el capital de alguien, por lo que quien tiene como valores multiplicar el dinero porque cree que trae la felicidad, no debe entrar a la política, porque esta es la lucha por el bien común, y sus intereses, que existen, no tienen nada que ver con el dinero. Son una batalla que debe significar un pacto intergeneracional.

Los partidos no pueden ser para un momento, sino tener valores que vivan más que los individuos. La democracia se arruina cuando demagógicamente se hacen promesas imposibles de cumplir. También cuando se confunde a la agrupación política con el Gobierno, porque este administra el hoy y aquella debe ser para el mañana.

En cuanto al mercado, indicó que es el eje central, pero no el único de la economía. No se le puede pedir justicia social ni piedad. Implica una cultura que convierte al ser humano en un comprador compulsivo. La corrupción lleva a estados raquíticos que no pueden cobrar impuestos y por eso no pueden cumplir con sus obligaciones.

Con estos breves resúmenes se manifiesta la crítica a la situación económica y política de Guatemala; sobre todo a esta última. Es evidente que ninguno de los partidos políticos guatemaltecos llena las condiciones que señaló Mujica. Al indicar que lo que los pueblos no toleran es que les estafen la confianza, dio una razón para explicar las manifestaciones sabatinas frente al Palacio y el Congreso. Son expresiones cortas, de lenguaje simple, pero de gran profundidad que explican cómo hacer que Guatemala salga de la crisis actual y de la incertidumbre que provocan las elecciones que se celebrarán el 6 de septiembre.

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