CATALEJO

Proyecto urbano causa inquietudes

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UNA CARACTERÍSTICA DE LA actual administración municipal es la peculiar lógica de sus decisiones. Siempre me ha llamado la atención su idea de angostar las calles de ciertas zonas, lo cual va en contra de la forma adecuada de paliar el imparable crecimiento de la cantidad de vehículos. El resultado puede considerarse correcto por algunos, porque mejora en algo la belleza de las calles, pero esto se hace a costo de cimentar los atrasos en el tránsito, elemento causante de perturbación y molestia. Por ejemplo, la 6ª. avenida de la zona 1, desde el Parque Morazán hasta la esquina del Palacio y la 6a. calle; y también la calles de la Zona Viva, angostadas desde hace años, con el fin de aumentar el espacio de las mesas de algunos restaurantes.

A CONSECUENCIA DE eso, no es descabellado preocuparse cuando la comuna y entidades del gobierno central se unen para planificar cambios en áreas de la ciudad, y trabajan con ideas cuya característica principal es no resistir un análisis lógico. Hace poco me enteré de la idea de crear un Centro Administrativo del Estado, en el área de los patios del ferrocarril, en la 18 calle y 9ª. avenida de la zona 1. Se trata de una serie de edificios, con 120 mil metros cuadrados, construidos por una alianza público privada y contrato de 20 años. Allí serán trasladados unos 10 mil empleados públicos, alrededor del 60% del total. El proyecto incluye centros comerciales, y también paradas de Transmetro y de otras formas de transporte colectivo.

SE DEBE TOMAR EN CUENTA LA actual realidad del tránsito capitalino y cómo se afectaría con un proyecto como el mencionado. Una obra de esa naturaleza necesariamente aumentará el tránsito en el área entre la avenida Bolívar a la 18 calle, y hasta la Torre del Reformador, en la zona 9. Para este efecto se integró un Consejo Nacional de Alianzas para el Desarrollo de Infraestructura Económica (Conadie), integrado por los ministerios de Finanzas, Economía, Comunicaciones, Energía y Minas, la Secretaría de Planificación Económica, Programa Nacional para la Competitividad, Cacif y Cámara de la Construcción, con una estructura administrativa. Los gastos en los estudios de factibilidad han sido calculados en unos Q12 millones.

EL TEMA PRINCIPAL, A MI juicio, es conocer cuáles son los dictámenes históricos y urbanísticos de los análisis necesarios para un plan de esa naturaleza. La zona citadina donde se planifica esta obra es el lugar de mayor importancia para la arquitectura contemporánea, iniciada en la década de los cincuentas con la construcción de la Ciudad Olímpica y del Centro Cívico, además del Teatro Nacional, el IGSS, el Palacio Municipal, el Banco de Guatemala y el Crédito Hipotecario Nacional; la Corte Suprema y el Ministerio de Finanzas. El punto de vista histórico, tan importante para la comprensión de la importancia de la conservación de espacios citadinos, debe ser considerado a fin de no caer en más errores lamentables como la demolición de la arquitectura.

ME PARECE URGENTE abrir a la discusión pública para establecer si es conveniente realizar así este plan, si se debe comparar con otros, o si las consecuencias de llevarlo a cabo compensan los posibles problemas para los ciudadanos, pero es recomendable que se tomen en cuenta todos los puntos de vista relacionados con una obra de esa naturaleza. No se trata de impedir a toda costa los cambios, sino de evitar aún más problemas a los ciudadanos y analizar cómo se planifica llevar a cabo una alianza público privada, a fin de impedir situaciones posiblemente opacas. La opinión pública se encuentra en este momento muy sensible a la falta de conocimiento de decisiones potencialmente problemáticas. Al final, también es un asunto de transparencia.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.