EDITORIAL

Territorio repleto de oportunidades

Guatemala sigue siendo una joya por explotar en materia económica y esto se ratifica cuando se observa su enorme potencial, aunque también debe reconocerse que es necesario hacer enormes esfuerzos para llegar a ser una potencia regional.

En la más reciente edición electrónica de la prestigiosa revista Forbes, en su versión mexicana, se informa del ranquin de los mejores países para invertir, y Guatemala aparece en la posición 93 de 145 países calificados. Por supuesto, es una referencia mundial en la que podría aparecer con demasiado rezago.

Sin embargo, cuando se le compara a nivel latinoamericano, nuestro país se ubica más hacia el centro de la tabla, la cual encabezan economías más fuertes y sólidas como la de Chile, Perú, Costa Rica, Panamá, México, Colombia y Brasil, donde claramente se aprecia el enorme trecho por recorrer para escalar hacia mejores posiciones.

Esa lista la encabezan los países nórdicos, algunos de los más desarrollados y las aguerridas economías asiáticas, cuya trayectoria no deja de sorprender.

De hecho, Irlanda pasa a ocupar la primera posición del ranquin citado por Forbes y se le atribuye ese cambio de estado a una clara transformación hacia la facilidad para hacer negocios, una batalla que en nuestro país por lo menos está en discusión para buscar reducir pasos en una molesta tramitología.

En el caso irlandés se destacan mínimos de carga tributaria, algo que también podría ilustrar a las autoridades guatemaltecas que están muy cerca de impulsar una nueva reforma, cuya vigencia podría iniciar en el 2018, para lo cual podrían encontrar valiosos aportes en esas experiencias exitosas.

Para quienes ahora pregonan que el combate de la corrupción se ha convertido en un factor disuasivo para los inversionistas, también cabe destacar que este es uno de los factores más valorados por los inversionistas y que junto a la innovación, el derecho de propiedad y la certeza jurídica constituyen pilares importantes para atraer nuevas inversiones.

Ciertamente hay un largo trecho por recorrer para atraer a nuevos inversionistas al país, pero también lo es que Guatemala tiene un enorme potencial por desarrollar en el campo de la tecnología, de la salud y en la educación, donde se puede marcar un cambio no solo en el rumbo de la economía más grande de Centroamérica sino en el destino de millones de guatemaltecos.

Algunos pasos ya se han dado, como la actualización de leyes contra el crimen y una renovada visión sobre el órgano recaudador de impuestos, pero también en los sectores justicia y de seguridad queda mucho por hacer. En este último rubro se han dado pasos positivos, como el inicio de la reforma al Sistema Penitenciario, el combate de estructuras criminales y de corrupción y una iniciativa pendiente sobre reformas judiciales.

Esos avances dan la pauta del camino y de donde se debe concluir que tampoco puede haber retrocesos sobre lo avanzado, porque al final eso redundará en la labor de quienes por su lado se esfuerzan por atraer parte del capital que deambula por el mundo en busca de lugares seguros y rentables para la inversión.

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