Economía

Pérdidas alcanzan Q1 millón en pesca

El impacto económico provocado por la mortandad de peces de varias especies por la contaminación del río la Pasión en Petén, alcanza el Q1 millón, según una evaluación preliminar.

el producto que se oferta en la zona urbana de Flores, proviene de Río Dulce, Izabal. (Foto Prensa Libre: Rigoberto Escobar)

el producto que se oferta en la zona urbana de Flores, proviene de Río Dulce, Izabal. (Foto Prensa Libre: Rigoberto Escobar)

El recuento corresponde a la pérdida de 40 toneladas métricas de pescado, afirmó Manuel Ixquiac, catedrático del Centro de Estudios del Mar y Acuicultura (Cema) de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

El estudio se realizó con base a los precios de mercado en referencia. Según los precios, la libra cayó hasta Q10 —lugar de producción— en la zona de influencia.

Comercialización

Evaristo Carmenate, dijo que sólo en el barrio El Pescador, Sayaxché, Petén, más de 200 personas están inactivos para capturar peces por la contaminación del río, lo que representa la falta de ingresos en sus hogares y e l paro de labores lleva 15 días.

En el casco urbano de Flores, Petén los expendedores ofertan producto que proviene de Río Dulce, Izabal, para atender la demanda turística. Marizta Bol, comerciante de mariscos y pescado en Sayaché informó que por el momento se dedicará a otras actividades por la falta de producto.

Joel Izaguirre, otro comerciante explicó que sustituirá su venta de marisco con otros productos comestibles.

El técnico, expuso que las principales especies comerciales que han sido impactadas son el pescado blanco, róbalo, bagre y camarón de río, así como cinco variedades de mojarras, inclusive una nativa del lugar.

“El primer efecto es que el pescado que no provenga de ese río y que se comercialice ya se cotiza a menor precio por la desconfianza de contaminación por los clientes”, dijo.

Ixquiac indicó que los mercados que se abastecen por la captura en el río la Pasión, son Petén, y Alta Verapaz.

Los registros indican que en el afluente laboran más de 200 pescadores artesanales.

Para el área metropolitana, no se despacha producto de esa zona.

El análisis no evalúa otros impactos, como por ejemplo la seguridad alimentaria, la inactividad de los pescadores y otros usos del agua del río por la contaminación.

“Las familias que dependen del río van a recurrir a un gasto adicional para la compra de alimentos y de agua para el consumo humano”, dijo.

Guatemala registra un consumo de pescado de seis libras por año, el cual es bajo con respecto a otros países donde la media es de 10 libras.

La recuperación del agua y pesca se prolongará por varios meses. agregó.

ESCRITO POR:

Urias Gamarro

Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.

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