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Yolanda Pérez Ruiz: Elección de cortes “no es de derechas o de izquierdas, es de corruptos”

La abogada califica el atraso de las cortes como un síntoma de una enfermedad más grave que podría llevar al país a una crisis de gobernabilidad.

Yolanda Pérez Ruiz, fue directora de la PGN. La imagen retrata el acto dónde se presentó el informe de labores de la procuradora saliente, Anabella Morfín. (Foto Prensa Libre: Erick Avila)

Yolanda Pérez Ruiz, fue directora de la PGN. La imagen retrata el acto dónde se presentó el informe de labores de la procuradora saliente, Anabella Morfín. (Foto Prensa Libre: Erick Avila)

El pasado miércoles comenzó un nuevo año de unas Cortes sin renovar, desde el 2019 y el panorama pareciera no ser alentador para quienes esperan una elección de nuevas autoridades del Organismo Judicial.

De esta cuenta, la abogada Yolanda Pérez Ruiz, durante una entrevista con Prensa Libre, advierte que la elección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y de Apelaciones es un proceso que llevará mucho tiempo, aún no estima cuánto significa eso, y agrega que Guatemala atraviesa por una crisis que califica como la otra pandemia.

Yolanda Pérez Ruiz fue magistrada de Sala de Apelaciones, presidenta del Colegio de Abogados y Notarios y de la Asociación de Abogadas y Notarias. También fue viceministra de Gobernación del Sector Justicia y directora de formación y capacitación del Instituto de la Defensa Pública Penal. Se desempeñó como procuradora General de la Nación, de forma interina, y ha ocupado otros cargos en el sistema judicial.

La profesional del Derecho y exmagistrada de Apelaciones, conoce bien de qué habla, ya que durante su desempeño profesional conoció de cerca los engranajes de la justicia.

Ahora, califica el atraso de las cortes como un síntoma de una enfermedad más grave que podría llevar al país a una crisis de gobernabilidad, donde el capital proveniente del narcotráfico cada vez ocupa más terreno y, como ella misma indica, desdibuja ideologías políticas para que prevalezca solo un interés: el enriquecimiento a costa del erario público, a través de la corrupción.

¿Cuál es su análisis de la elección tardía de las cortes?

Cada vez que me preguntan acerca del tema, he reiterado que iba a pasar muchísimo tiempo sin que tuviéramos una nueva Corte.

Creo que esto completa  una institucionalidad totalmente deslegitimizada en Guatemala, no hay ámbito público de autoridades en las cuales tenga legitimidad.

Me refiero a la Corte Suprema, etcètera… porque de momento legitima elección, por el ejercicio diario de sus funciones únicamente tenemos al PDH, que como que se les pasó.

Pasarán muchísimo tiempo para tener nuevas autoridades, y las que se elijan carecerán de la legitimidad de la que hablábamos. Para las futuras elecciones tendremos autoridades que estarán electas adhoc, para mantener el mismo estado de situación relacionado con la corrupción y la permanencia de la impunidad.

Una situación muy triste para los que nos preocupa el país. Yo calificó como la otra pandemia, es la pandemia que sufre el Estado de Guatemala.

¿Cómo podría explicársele a la población qué es lo que le espera a Guatemala, sino se llevan a cabo las elecciones de las cortes?

Nos acercamos nuevamente a un Estado totalitario. De momento vivimos un autoritarismo impresionante y una confabulación para mantener el estado de actual de la corrupción, impunidad, entre otros.

Es decir, no quieren que nada cambie. Es tan evidente, tristes y descaradas las acciones que hemos estado viviendo, dirigidas para mantener este estatu quo.

Quien diga que Guatemala vive un remedo de democracia, vive en país de la fantasía, porque democracia no hemos tenido nunca, pero quizá en algún momento intentamos alcanzarla. Ahora, al contario de tratar alcanzarla, nos vamos alejando más.

La gravedad de la situación que nos trajo de la pandemia del covid-19, esa involución en la política y economía se ve muchísimo más agravada, que más parece una pesadilla, porque nos dirigimos a un Estado totalitario.

No nos engañemos, esto no es de izquierda o de derecha, es cuestión de corruptos y no de un pacto de corruptos, sino de un Estado gobernado por corruptos.

¿Cuál es su análisis de la cooptación que existe en el sistema de seguridad y justicia?

Creo que hay una cooptación absoluta, porque no solo está la narcodelincuencia y el crimen organizado, sino que nos estamos convirtiendo en un narcoestado, porque de una u otra manera los políticos tienen que conseguir dinero para desgobernar el país.

¿Quiénes se lo van a dar? La delincuencia organizada, el narcotráfico e intereses económicos bastardos.

Vivimos en una situación donde ya no podemos decir cuál es el grupo predominante, sino el Estado está permeado por todos los grupos indeseables que pueden coexistir en una sociedad.

Creo que el futuro de Guatemala es muy triste. Ese compradazgo o maridaje, ya no sé como decirlo, que hay entre todos los funcionarios que dicen que es para promover la transparencia, pero realmente están coludidos para seguir con su desgobierno para todos los guatemaltecos.

Aquí no existe la meritocracia, aquí existe el mérito de ser ladrón, de ser doble cara, de ser sinvergüenza y corrupto. Hay que tener cualquiera de esas características negativas para sobrevivir en el ámbito público de Guatemala.

¿Considera que existe alguna forma para que Guatemala salga de este manoseo político?

Creo que, como en cualquier sociedad, y no es la primera vez en la historia que un Estado o comunidad social se ve en una situación como la de Guatemala, es la sociedad.

Somos nosotros quienes debemos poner un hasta aquí. En el 2015, que eran menos descarados que ahora, se logró hacer algo, pero a partir de esa debacle de estos funcionarios que nos gobernaban en el 2015, a partir de entonces se empezaron a unificar para desvirtuar a los pocos funcionarios que todavía tenían responsabilidad y pensaban en trabajar por una Guatemala mejor.

Creo que el pueblo de Guatemala tiene la palabra, y no estoy llamando a una revolución violenta, pero los pueblos tenemos la forma para levantar la voz y decir que no debemos seguir permitiendo que estas cosas suceden. El pueblo de Guatemala tiene que dejar de ser indiferente.

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