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La fórmula populista que vende Alfonso Portillo ¿le funcionará?

El exmandatario Alfonso Portillo se ha mantenido activo en la política, aunque se ignora las negociaciones que hace con los partidos interesados en reclutarlo.

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Alfonso Portillo

Alfonso Portillo fue presentado como candidato a diputado por el partido Viva, que también nominó a su exesposa, Evelyn Morataya. (Foto Prensa Libre: María José Bonilla)

Desde que salió de prisión en el 2015, uno de los últimos caudillos políticos, Alfonso Portillo, ha transitado por seis partidos políticos, pero fue la agrupación política Visión con Valores (Viva) la que le hizo espacio no solo a él, sino también a Evelyn Morataya, su exesposa. Ambos fueron proclamados en asamblea nacional para integrar la planilla de diputados por Lista Nacional.

Portillo llegó junto con Morataya a la agrupación conservadora y de ideología cristiana a principios de enero del presente año. El anuncio oficial del comité ejecutivo es que la llegada de ambos políticos servirá para reforzar el liderazgo del partido.

“Ellos están totalmente en el proyecto”, indicó Armando Castillo, secretario general de la organización. Expuso que con Portillo se busca un caudal político de personas adultas que lo conocieron cuando hizo gobierno (2004-2008), y que también se tomó en cuenta las estadísticas que lo sitúan como el mejor expresidente, con un buen nivel de aceptación.

Sin embargo, antes de concretar con Viva, Portillo comenzó a hacer campaña de afiliación con el partido Nosotros, coordinado por el presidenciable Rudy Guzmán, yerno de Sandra Torres, candidata a la presidencia por la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).

El expresidente y Morataya se incorporaron al proyecto político a mediados de octubre, y pese a la existencia de “acuerdos entre ambos y la dirigencia partidaria”, hubo desavenencias al final.

“El partido Nosotros honró y cumplió a cabalidad con todos los puntos del acuerdo político con el expresidente y su exesposa. Sin embargo, a pesar de no haber dado cumplimiento al acuerdo, se suscitaron nuevas exigencias por parte de la diputada Morataya”, se lee en el comunicado emitido por la agrupación. El documento refiere que no se accedió a los requerimientos de la legisladora, pero dejaban las puertas abiertas a Portillo.

En junio del 2022, el partido Elefante presentó en su asamblea como nuevos líderes a Portillo y Morataya. En ese grupo se incluyó al diputado del partido Bienestar Nacional (Bien) por Escuintla, Gustavo Cruz. Los tres se desligaron del movimiento, porque no les cumplieron los acuerdos.

También el año pasado, Portillo tuvo acercamientos temporales con Podemos, organización dirigida por Roberto Arzú García-Granados, y el partido Voluntad, Oportunidad y Solidaridad (VOS), coordinado por un grupo de congresistas electos en los comicios pasados por la UNE, pero en ninguna de estas organizaciones se concretó el apoyo.

Sigue vigente

En el 2015, cuando Portillo volvió de Estados Unidos luego de cumplir una condena de un año y 10 meses de prisión por lavado de dinero, se integró a las filas del partido Todos, liderado por Felipe Alejos. Para las elecciones de ese período se postuló como candidato a diputado, pero su inscripción fue denegada por no contar con los requisitos de capacidad, idoneidad y honradez.

En las elecciones del 2019 de nuevo hizo campaña, pero con el partido Bien. Una vez más su inscripción fue rechazada, porque en ese entonces el Registro de Ciudadanos del TSE argumentó que no cumplió con la entrega de la carencia de antecedentes policíacos y porque no cumplía con los requisitos antes citados.

Portillo es el expresidente más vigente en la política y su perfil encaja en muchos guatemaltecos.

“Él tocó temas bastantes populares y su gestión giró alrededor de ello. Esto, sin duda, capta muchos adeptos”, sostiene Francisco Quezada, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien). Agrega que la forma en que abordó ciertos asuntos durante su mandato generó arraigo, y los nuevos candidatos y presidentes lo saben.

El analista puso de manifiesto que los partidos políticos son vehículos que se alquilan o se venden, y que Portillo ha encajado en ellos, pues lo que vende es su discurso apasionado y no ideológico.

A juicio de Quezada, la figura de Portillo en el votante joven funciona mejor, porque juega con las tres “P” expresadas por Moisés Naím: populismo, polarización y posverdad. Reiteró que su discurso tiene impacto, tanto en la derecha como en la izquierda, ya que las nuevas generaciones no profundizan en temas ideológicos, sino que admiran a figuras a las que les gustaría imitar.

Para el jurista Alejandro Balsells, Portillo es hábil y su discurso se acomoda a la derecha o a la izquierda, pues lo que menos tiene el discurso populista, como el de él, es ideología. En el mundo es común que los expresidentes sigan vinculados a la actividad política, pero en el caso de Portillo y ante el discurso que maneja, los partidos se lo disputan, concluyó.

En cuanto a las negociaciones con varios partidos, Morataya refirió que han hablado —junto a Portillo— con varias organizaciones, porque consideran que la situación es complicada y exige decisiones serias respecto del trabajo y compromiso político.

“Su mensaje es atractivo, aunque después no se refleje en lo que hace”, indicó Lizardo Sosa, titular del Banco de Guatemala durante el mandato de Portillo, excandidato a la presidencia con el partido Todos en el 2015, y quien también hizo campaña con Portillo en ese año.

Al preguntarle sobre si su mensaje llega a la gente joven, Sosa consideró que habría que esperar los resultados de las elecciones y ahí se sabrá en qué medida favoreció, en votos obtenidos, al partido que lo postula. Por último, dijo que como con todo político, también existe una percepción negativa, como en el caso de la capital, donde su aceptación es mínima.