Revista D

Demencia senil

Millones de adultos mayores en el mundo sufrirán algún trastorno de este tipo.

La demencia senil no es una enfermedad específica, sino un conjunto de síntomas carcterizados por la pérdida de capacidades cognitivas —memoria, cálculo, aprendizaje—. Este deterioro casi siempre va acompañado por el detrimento del control emocional, el comportamiento social y la motivación, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Estos casos, que además tienen implicaciones económicas, aumentan cada año. En el 2010, por ejemplo, se contabilizaron 35.6 millones de pacientes en el mundo. Se estima que para el 2030 habrá 65.7 millones, y en el 2050 serán 115.4 millones, según la OMS.

Significa que cada año se diagnostican, en promedio, 7.7 millones de pacientes, es decir, cada 4 segundos se descubre un nuevo caso , “lo cual es preocupante”, afirma el geriatra Josué Avendaño, presidente de la Asociación Guatemalteca de Medicina del Adulto Mayor.

En Guatemala hay, conforme las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística, basadas en el Censo del 2002, aproximadamente 1 millón de adultos mayores. De esta cifra se calcula que de 70 mil a 80 mil podrían padecer algún tipo de demencia, y de esta cantidad, el 90 por ciento se diagnostica tarde, advierte Avendaño.

Más de 70 tipos

Con el descubrimiento de nuevas tecnologías, el diagnóstico de la demencia en adultos mayores se ha hecho más preciso, por lo que se considera que existen hasta 70 variantes, asegura Avendaño.

Los expertos clasifican estos padecimientos en dos grupos: reversibles e irreversibles. En el primero están las demencias por depresión, por causas tóxicas (drogas, alcohol y metales), las metabólicas (hipotiroidismo), carenciales (bajos nutrientes) y medicamentosas (por abuso de medicinas).

En el segundo grupo están las neurodegenerativas, en las cuales se clasifican varios tipos, pero la más común es el alzhéimer, que representa el 60 por ciento de los casos. El resto se divide entre demencia vascular (14 por ciento), mixta (14 por ciento), cuerpos de Lewy (11 por ciento) y otras (1 por ciento).

El geriatra observa un aumento de casos por cuerpos de Lewy —agregados anormales de proteínas en el interior de las células nerviosas— la cual se asemeja a una combinación de párkinson y alzhéimer, pero se carece de estudios al respecto, enfatiza.

María Cecilia López, presidenta de la Asociación Grupo Ermita Alzhéimer de Guatemala, concuerda con el especialista en la falta de estadísticas locales, por lo que uno de los proyectos de esa institución es levantar una encuesta que aporte un panorama más preciso sobre la prevalencia de estos padecimientos.

Los nueve países con las mayores cifras (un millón o más) de personas con demencia en el 2010 fueron: China (5.4 millones), EE. UU. (3.9 millones), India (3.7 millones), Japón (2.5 millones), Alemania (1.5 millones), Rusia (1.2 millones), Francia (1.1 millones), Italia (1.1 millones) y Brasil (1.0 millón).

Multifactorial

Los riesgos de la demencia senil responden a múltiples factores. El primero es la edad. “Entre los 60 a 65 años existe un riesgo de 4 por ciento de padecerla, y hacia los 90 años aumenta al 46 por ciento”, explica Avendaño.

La segunda probabilidad es el género, pues afecta en mayor porcentaje a las mujeres. “De cada tres casos dos son mujeres”, comparte el geriatra.

La educación es el tercer peligro, ya que a más años de estudios, menos será el riesgo de padecerla, puesto que el cerebro desarrolla más habilidades o “plasticidad neuronal”, relacionada con el estímulo e interconexión entre las neuronas.

Una cuarta causa es el tabaquismo, el cual representa el 14 por ciento, porque destruye los vasos sanguíneos y causa infartos cerebrales.

Las enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión arterial representan un alto peligro y por último, los traumatismos craneales que suelen afectar a quienes practican deportes como el boxeo —demencia pugilística— o el futbol americano.

En el 2010, Europa Occidental fue la región del estudio con mayor número de personas con demencia senil (7 millones), seguida de cerca por Asia Oriental con 5.5 millones, Asia Meridional con 4.5 millones y América del Norte con 4.4 millones.

Salud pública

En el país las condiciones para atender este tipo de casos se reduce a algunos hogares ubicados en la capital, ya que se carece de hospitales para tratarlos. “Por lo general, no aceptan a pacientes con esta sintomatología”, expone la directora del Grupo Ermita.

Avendaño resalta el efecto que representa estos trastornos a nivel familiar, especialmente la carga para el cuidador.

“Siempre digo que la enfermedad reclama dos víctimas: el paciente y su familia. Llega el momento en que el primero ya no se da cuenta de nada y quien sufre es la familia, por la impotencia. Es triste atender a quien ya no reconoce a nadie”, dice.

Muchas veces genera la desintegración familiar, pues nadie quiere hacerse cargo del enfermo, además de los costos que significa y donde casi siempre la responsabilidad recae en la hija soltera. Según muchos estudios, existe un síndrome de “desgaste del cuidador”, puesto que atender a este tipo de paciente implica siete horas de cuidados diarios, en promedio.

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