La trama gira alrededor del corte del grano en las fincas cafetaleras, donde narra la historia de César y Palma. “Pareja de enamorados, pero en constante conflicto con sus ideales, el choque de un estilo de vida moderno y libre, contrapuesto por las buenas costumbres sociales de la época”, explica la sinopsis del guión.
Esta historia, entrelazada con la de Juan, un hombre endeudado que ha puesto todas sus esperanzas en el cultivo del café, y otras más que dan vida a la producción guatemalteca.
“Es un recorrido por las vicisitudes de los caficultores de la época, en donde los mismos problemas sociales que plantea la película siguen vigentes”, comenta la productora, Alenka Barreda, directora general de Digeu.
Elenco de primera
El reparto de la película cuenta con un grupo de experimentados actores nacionales, encabezados por Mario Masella, actor principal; Aurie Cano, actriz principal, y Herbert Meneses. También integran el elenco Ángelo Medina, Zoila Portillo, María Teresa Martínez, Roberto Santandrea, Flora María Méndez, Lorena Baeza y Javier Corleto. Además, unos 200 extras, incluido el mismo personal de Digeu.
Dávila tomó en cuenta la ambientación musical, la cual debía ir a tono con lo que se escuchaba en aquella época. Para ello se apoyó en los boleros del compositor nacional Amado Parrilla, interpretados por los cantantes Byron Rabé y Elizabeth de Guatemala.
En la producción también participaron Flora María Méndez como directora artística; Merlin Hernández, directora de fotografía, edición y posproducción; Miriam Hernández, asistente de producción, y la música estuvo a cargo del compositor Vinicio Quezada.
La filmación tuvo lugar en escenarios rurales y urbanos tales como las fincas La Azotea, en Jocotenango, Sacatepéquez; y La Loma, Chimaltenango; el Hotel Casa Santo Domingo, el Colegio Mayor Santo Tomás de Aquino, el Museo del Ferrocarril y la Radio TGW. “Se cuidaron detalles históricos, como la recordada voz de Otto René Mancilla”, afirma Dávila.
Proezas y alegrías
La idea de la película nació en forma espontánea hace como dos años y medio, cuenta su director. Lejos estaba de imaginarse que este sueño iba a hacerse realidad, aunque fue un esfuerzo largo y sufrido. Año y medio de trabajo, con recursos limitados, tanto de dinero como de adaptarse al horario de los actores. “Nos costó un torrente”, asegura. Pero ahora se pellizca a sí mismo para creerse que allí está el fruto de su trabajo.
A pesar de su larga experiencia de 55 años en producción y dirección de televisión, para Dávila este es su primer largometraje. Comenta que se entusiasmó mucho con el contenido de la novela, de manera que trató de que el guión fuera lo más fiel posible a lo escrito por Herrera.
La película tuvo un costo estimado en Q2.3 millones y contaron con el apoyo de la Secretaría General de la Usac, la Facultad de Agronomía, Flacso y las locaciones donde se filmó. Aunque, aseguran, en muchas ocasiones pusieron fondos de sus propios bolsillos.
Según los productores, parte de los objetivos de este esfuerzo es patentizar el legado del escritor Flavio Herrera como benefactor de la Usac y como un aporte a la sociedad guatemalteca, para que la cinta pueda difundirse a través de las sedes departamentales de esta casa de estudios.
La película se estrenará el 21 de agosto, en la Gran Sala del Teatro Nacional Miguel Ángel Asturias.