Este, aunque no es el único santo que intercede por favores difíciles, sí es el más popular, por lo menos entre los capitalinos. San Antonio de Padua, Santa Rita de Cascia y Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, según el sacerdote Manuel de Jesús Chilín, del Seminario Teológico, son los otros justos que ayudan a los fieles católicos.
Chilín considera importante aclarar que los santos son intermediarios ante Dios porque vivieron el grado heróico de la santidad, la virtud de la caridad y a muchos de ellos, en vida, Él les concedió la gracia de alcanzar muchos favores para los demás. Pero “los milagros los hace Dios; los santos son solo intercesores ante Jesucristo“, recalca.
Saturado de flores
En las afueras del templo de la Merced se ofrecen arreglos florales y estampas con oraciones. Adentro, a la derecha, la imagen de San Judas Tadeo, un cuadro de José Valladares pintado entre 1720 y 1779. Lo enmarca un retablo dorado con un altar en plata repujada. Es difícil apreciarlo, por la cantidad de flores que cubren su altar.
San Judas Tadeo fue apóstol y primo de Jesucristo. Se le atribuye una de las epístolas canónicas. Sus prédicas en la época de expansión del catolicismo —año 70— lo condujeron a morir como mártir junto a San Simón. El santoral indica que su día de fiesta es el 28 de octubre. Su símbolo es un hacha, pues se dice que murió decapitado por este instrumento.
Carlos Mendizábal, auxiliar de la Merced, cuenta que durante muchos años se ha confundido a este santo con Judas Iscariote. Por eso muchos acudían a él por causas positivas y negativas. “Encontrábamos frascos con ofrendas extrañas, una especie de sincretismo popular mal informado”, refiere.
El historiador Haroldo Rodas comenta que en el caso de este santo se reproduce, en cierta forma, la visión del mundo prehispánico de dioses buenos y malos. Chilín no está de acuerdo con ese sincretismo.
Hoy, a San Judas Tadeo le piden trabajo, salud y bienestar familiar, entre otros favores. Mendizábal comparte que así como se observa la visita de abogados, médicos u otros profesionales, también acude a él gente sencilla. “Siempre hemos tenido algún ministro de Estado entre sus devotos”, refiere.
Lucy Rodríguez, de 45 años, cuenta que tiene 27 años de visitar, sin falta, todos los miércoles, a San Judas Tadeo. “Me hizo un milagro. Estaba por perder a mi hijo durante el embarazo y le pedí que naciera en su día, el 28 de octubre. Me fui sintiendo mejor, y se me hizo”, recuerda, con emoción.
San Antonio y Santa Rita
San Antonio de Padua (1195-1231) es otro santo de devoción muy popular que se caracteriza por sostener al pequeño Jesús en sus brazos. Franciscano, predicaba la caridad dando el pan a los necesitados. Se le reconocen varios milagros. A la fecha, su lengua se encuentra incorrupta en Padua, adonde acuden miles de fieles para agradecerle favores, explica el sacerdote Chilín, quien asegura que la devoción popular de pedirle pareja es una deformación de la fe católica.
La italiana Santa Rita de Cascia, (1381-1457) es conocida por sus notables sucesos particulares. Chilín refiere que entre sus milagros está haber hecho florecer un rosal y una higuera en pleno invierno. “Por su intercesión salvó a muchas mujeres a punto de dar a luz”, cuenta. “En Italia hay dos imágenes que no pueden faltar: San Antonio y Santa Rita”, comparte el sacerdote. En Guatemala se tiene una imagen en la iglesia de Santa Catalina, zona 1.
Otra imagen intercesora de la fe católica es Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús. Una de estas representaciones se encuentra en la iglesia de El Calvario, zona1, la cual está saturada de plaquitas de creyentes que agradecen los favores recibidos.