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La anexión a México en 1822

Los Representantes de las Provincias Unidas del Centro de América, congregados a virtud de la convocatoria dada en esta ciudad a 15 de setiembre de 1821 y renovada en 29 de Marzo del corriente año (1823), con importante objeto de pronunciar sobre la indepen dencia y libertad de los pueblos nuestros comitentes: sobre su recíproca unión, sobre su gobierno y sobre todos los demás puntos contenidos en la me- morable Acta del citado día 15 de Setiembre. Después de traer a la vista todos los datos necesarios para conocer el estado de la población, riqueza, recursos, situación local, extensión y demás circunstancias de los pueblos que ocupan el territorio antes llamado Reyno de Guatemala….

Tomando en consideración: Que la independencia del Gobierno español ha sido y es necesaria en las circunstancias de aquella nación y las de toda la América: que era y es justa en sí misma… Considerando por otra parte: que la incorporación de estas provincias al extinguido imperio mejicano, verificada solo de hecho en fines de 1821 y principios de 1822, fue una expresión violenta arrancada por medios viciosos e ilegales, que no fue acordada ni pronunciada por órganos ni por medios legítimo. Que la expresada agregación ha sido y es contraria a los intereses y a los derechos sagrados de los pueblos nuestros… Los representantes de dichas provincias, en su nombre declaramos solemnemente:

1.° Que las expresadas provincias representadas en esta Asamblea son libres e independientes de la antigua España, de Méjico y de cualquiera otra potencia, así del antiguo como del nuevo mundo; y que no son ni deben ser el patrimonio de persona ni familia alguna.

2.° Que en consecuencia son y forman Nación Soberana con derecho y en aptitud de ejercer y celebrar cuantos actos, contratos y funciones ejercen y celebran los otros pueblos libres de la tierra,

2.° Que las provincias sobredichas, representadas en esta Asamblea (y las demás que espontáneamente se agreguen de las que componían el antiguo reino de Guatemala) se llamarán, por ahora y sin perjuicio de lo que se resuelva en la Constitución que ha de formarse: Provincias Unidas del Centro de América.

Al día siguiente, 2 de julio, los diputados declararon la Asamblea Nacional Constituyente y proclamaron que en ella residía la soberanía nacional, y pusieron en vigencia temporal la Constitución de Cádiz. Se decretó una bandera con tres franjas, dos azules y una blanca, inspirada en la de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Se nombró un primer triunvirato de gobierno y en octubre vino el segundo, que permaneció hasta 1825.

Una vez quedó finalizada la Constitución en noviembre de 1824, se sustituyó el término “provincias” por el de Estados. El nombre del país también cambió a República Federal de Centro América.

Pugnas

El pulso entre conservadores y liberales fue constante y complicó el manejo de la federación, sobre todo porque en Guatemala, la capital, convivían el poder federal y el gobierno del Estado. El primer presidente electo de la República Federal de C. A. fue el salvadoreño Manuel José Arce, quien asumió el mando el 29 de abril de 1825. Arce era liberal, pero terminó aliándose con los conservadores, lo cual le distanció de sus partidarios.

Desde 1826, ni el Congreso ni el Senado federal volvieron a sesionar. Para 1827 gran parte de Centroamérica estaba en guerra; Arce renunció ese año. El jefe de Estado de Honduras, Francisco Morazán, invadió Guatemala en 1829 al frente de un Ejército liberal. En 1830, Morazán fue electo presidente de la Federación y la situación se polarizó. La unión perduró algunos años más hasta que Nicaragua decretó su separación en 1838. Paulatinamente se fue desintegrando la Federación. Cada 21 de marzo se conmemora la declaratoria de Guatemala como república soberana e independiente, en 1847.

Fuente: Historia General de Guatemala e Historia de las Revoluciones de C. A. de 1811 a 1834, de Alejandro Marure.

SERIE HISTÓRICA 52