El primer paso antes de hacer una transición rápida al método no-poo es aplicar un champú aclarante en el pelo.
Luego se emplea el no-poo, que consiste en elaborar una solución de una cucharada de bicarbonato de sodio por cada taza de agua —el líquido debe sentirse resbaloso—, y otra con dos cucharadas de vinagre de manzana por cada taza de agua.
Mojar el cabello, aplicar la solución de bicarbonato en las raíces y masajear con movimientos circulares. No aplicar en el resto del pelo; dejar actuar hasta que se sienta resbaladizo y enjuagar bien. Aplicar la de vinagre en todo el cabello, especialmente en las puntas. Dejar actuar por unos dos minutos y enjuagar.
Si se abusa del bicarbonato se conseguirá el mismo efecto que con el exceso de champú, que incluye resecamiento y decoloración del cabello.