En la antigua vivienda y consulta del “padre del psicoanálisis”, situada en la Berggasse 19 de la capital austríaca, el visitante descubre cómo el colectivo logró abandonar el país en pocos meses gracias a una acción rápida y eficaz tras la anexión de Austria por el Tercer Reich el 12 de marzo de 1938.
Titulada “Fuga organizada – seguir viviendo en el exilio. El psicoanálisis vienés a partir de 1938”, la muestra se basa en un estudio histórico dirigido por el psicoanalista Thomas Aichhorn en cooperación con la Asociación Psicoanalítica Vienesa (WVP).
Con cartas, mapas, documentos, biografías y entrevistas de audio y vídeo, se explican las vías de escape y se refleja tanto el destino y la influencia de los exiliados en el psicoanálisis.
UNA LISTA REVELADORA
También le puede interesar
Punto de partida de la investigación y eje de la muestra es una lista con los 90 nombres de miembros y discípulos que tenía la WVP en 1938 y que Aichhorn descubrió “por casualidad” en Londres, en los archivos de la asociación británica de psicoanálisis (BPS).
Elaborada por la BPS con información enviada por Anna Freud, la hija de Sigmund, la lista “documenta que esta fuga de Viena fue una acción organizada por la Asociación Psicoanalítica Internacional (API)”, explica Aichhorn a Efe.
Junto a los nombres escritos a máquina hay anotaciones manuscritas sobre destinos, datos de visados, financiación, permisos de trabajo…
“No tiene nada aún. Estados Unidos. Estuvo en Berlín en la cárcel. Escribió al Dr. Gross en Manchester, ver su carta del 3.5.38. Tiene una declaración jurada de Langer. Logró dinero para 3 boletos de Edith Buxbaum”, es uno de los ejemplos.
“En tiempos en los que no había ordenadores, esta lista sirvió de instrumento para actualizar de forma centralizada la situación de cada psicoanalista”, resalta la comisaria de la muestra, Daniela Finzi, en declaraciones a Efe.
OPERACIÓN DE RESCATE
Para los psicoanalistas vieneses “estaba claro” que sus vidas estaban amenazadas bajo el régimen nacionalsocialista, por lo que, en una reunión en la Berggasse 19 se decidió, en ausencia del propio Freud, que la asociación “abandona Viena para ir al lugar donde se instale Sigmund Freud”, relata Aichhorn.
Cuando su hija Anna le informó del plan acordado, Freud comentó: “Después de la destrucción del Templo de Jerusalén por el emperador romano Tito, el rabino Yohanan ben Zakai pidió permiso para abrir una escuela en Yavne para estudiar la Torá”.
“Nosotros vamos a hacer lo mismo. Estamos acostumbrados a la persecución…”, añadió el pensador, según consta en un testimonio.
Menos de dos meses más tarde, Freud abandonaba junto a su familia la ciudad en la que fundó la ciencia del inconsciente, para instalarse en Londres, donde murió un año después.
SOMBRAS Y LUCES DE UNA “DIÁSPORA ESPECIAL”
Hacia la primavera de 1939, poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial y el cierre completo de las fronteras, todo el colectivo había logrado salir del país.
Sin embargo, no todos los psicoanalistas escaparon del Holocausto: cuatro emigraron a países que posteriormente fueron ocupados por los nazis y fueron asesinados.
Casi todos dejaron atrás familiares y amigos, como las cuatro hermanas de Freud, que luego sufrieron el mismo destino, deportados en campos de concentración y exterminio, como también ocurrió con algunos de los pocos psicoanalistas no judíos que quedaron en Viena.
EXILIO EN EEUU
La mayoría de los psicoanalistas se exiliaron en Estados Unidos, donde se beneficiaron del auge que vivía el psicoanálisis allí.
Algunos llegaron a tener un éxito notable e influyente en el desarrollo posterior del psicoanálisis práctico y teórico.
Ello a pesar de que no siempre fueron recibidos con los brazos abiertos por sus colegas, pues “por todas partes había rivalidades entre los que huían de Viena y los que ya estaban allí”, destaca Aichhorn.
En su opinión, esas rivalidades explicarían en gran parte que no se lograra reconstituir en Londres la asociación vienesa.
“SEMICLANDESTINIDAD” EN VIENA
El psicoanalista austríaco es nieto de August Aichhorn, fundador de la pedagogía psicoanalítica y miembro de la WPV, quien bajo el régimen nazi dirigió un grupo “semiclandestino” de formación de psicoanalistas y logró mantener vivas las enseñanzas de Freud.
“Mi abuelo no era judío y se quedó en Viena, donde siguió trabajando, aunque oficialmente no como psicoanalista”, recuerda su nieto.
En 1946, tras la guerra, la WPS fue reabierta por August Aichhorn, quien sin embargo nunca vio cumplirse su “sueño” de que a ella regresaran los antiguos miembros exiliados.