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De cómo Freud y los psicoanalistas de Viena escaparon de la persecución nazi

El Museo Freud de Viena dedica una exposición multimedia a esta "huida organizada", incluida la de Sigmund Freud.

De cómo Freud y los psicoanalistas de Viena escaparon de la persecución nazi

Sala de espera del consultorio del "padre del psicoanálisis", Sigmund Freud, en la Berggasse 19 de Viena, donde los psicoanalistas vieneses decidieron, el 13 de marzo de 1938, abandonar Austria para escapar de la persecución nazi. La sala es hoy parte del Museu Freud de la capital austríaca. Nada más entrar las tropas nazis en Austria en 1938, los psicoanalistas de Viena, en su mayoría judíos, decidieron abandonar el país para salvar sus vidas. Foto Prensa Libre: EFE/Museo Freud de Viena

Nada más entrar las tropas nazis en Austria en 1938, los psicoanalistas de Viena, en su mayoría judíos, decidieron abandonar el país para salvar sus vidas. El Museo Freud de Viena le dedica a esta “huida organizada”, incluida la de Sigmund Freud, una exposición multimedia.

En la antigua vivienda y consulta del “padre del psicoanálisis”, situada en la Berggasse 19 de la capital austríaca, el visitante descubre cómo el colectivo logró abandonar el país en pocos meses gracias a una acción rápida y eficaz tras la anexión de Austria por el Tercer Reich el 12 de marzo de 1938.

De cómo Freud y los psicoanalistas de Viena escaparon de la persecución nazi
Fachada del edificio en la Bergasse 19 de Viena, la célebre dirección de la vivienda y consultorio del pensador Sigmund Freud, cuna del psicoanálisis por él fundada y hoy sede del Museo vienés que lleva su nombre. Foto Prensa Libre: FE/Museo Freud de Viena

Titulada “Fuga organizada – seguir viviendo en el exilio. El psicoanálisis vienés a partir de 1938”, la muestra se basa en un estudio histórico dirigido por el psicoanalista Thomas Aichhorn en cooperación con la Asociación Psicoanalítica Vienesa (WVP).

Con cartas, mapas, documentos, biografías y entrevistas de audio y vídeo, se explican las vías de escape y se refleja tanto el destino y la influencia de los exiliados en el psicoanálisis.

UNA LISTA REVELADORA

Punto de partida de la investigación y eje de la muestra es una lista con los 90 nombres de miembros y discípulos que tenía la WVP en 1938 y que Aichhorn descubrió “por casualidad” en Londres, en los archivos de la asociación británica de psicoanálisis (BPS).

Elaborada por la BPS con información enviada por Anna Freud, la hija de Sigmund, la lista “documenta que esta fuga de Viena fue una acción organizada por la Asociación Psicoanalítica Internacional (API)”, explica Aichhorn a Efe.

Junto a los nombres escritos a máquina hay anotaciones manuscritas sobre destinos, datos de visados, financiación, permisos de trabajo…

“No tiene nada aún. Estados Unidos. Estuvo en Berlín en la cárcel. Escribió al Dr. Gross en Manchester, ver su carta del 3.5.38. Tiene una declaración jurada de Langer. Logró dinero para 3 boletos de Edith Buxbaum”, es uno de los ejemplos.

“En tiempos en los que no había ordenadores, esta lista sirvió de instrumento para actualizar de forma centralizada la situación de cada psicoanalista”, resalta la comisaria de la muestra, Daniela Finzi, en declaraciones a Efe.

OPERACIÓN DE RESCATE

Para los psicoanalistas vieneses “estaba claro” que sus vidas estaban amenazadas bajo el régimen nacionalsocialista, por lo que, en una reunión en la Berggasse 19 se decidió, en ausencia del propio Freud, que la asociación “abandona Viena para ir al lugar donde se instale Sigmund Freud”, relata Aichhorn.

Cuando su hija Anna le informó del plan acordado, Freud comentó: “Después de la destrucción del Templo de Jerusalén por el emperador romano Tito, el rabino Yohanan ben Zakai pidió permiso para abrir una escuela en Yavne para estudiar la Torá”.

“Nosotros vamos a hacer lo mismo. Estamos acostumbrados a la persecución…”, añadió el pensador, según consta en un testimonio.

Menos de dos meses más tarde, Freud abandonaba junto a su familia la ciudad en la que fundó la ciencia del inconsciente, para instalarse en Londres, donde murió un año después.

De cómo Freud y los psicoanalistas de Viena escaparon de la persecución nazi
La exposición “Fuga organizada – seguir viviendo en el exilio. El psicoanálisis vienés a partir de 1938”, presentada en el Museo Freud de Viena hasta el 30 de abril de 2022, reconstruye la historia de la fuga de los miembros de la Asociación Psicoanalista Vienesa (WVP, por sus siglas en alemán), en su mayoría judíos, de la persecución nazi. Foto Prensa Libre: EFE/Museo Freud de Viena

SOMBRAS Y LUCES DE UNA “DIÁSPORA ESPECIAL”

Hacia la primavera de 1939, poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial y el cierre completo de las fronteras, todo el colectivo había logrado salir del país.

Sin embargo, no todos los psicoanalistas escaparon del Holocausto: cuatro emigraron a países que posteriormente fueron ocupados por los nazis y fueron asesinados.

Casi todos dejaron atrás familiares y amigos, como las cuatro hermanas de Freud, que luego sufrieron el mismo destino, deportados en campos de concentración y exterminio, como también ocurrió con algunos de los pocos psicoanalistas no judíos que quedaron en Viena.

EXILIO EN EEUU

La mayoría de los psicoanalistas se exiliaron en Estados Unidos, donde se beneficiaron del auge que vivía el psicoanálisis allí.

Algunos llegaron a tener un éxito notable e influyente en el desarrollo posterior del psicoanálisis práctico y teórico.

Ello a pesar de que no siempre fueron recibidos con los brazos abiertos por sus colegas, pues “por todas partes había rivalidades entre los que huían de Viena y los que ya estaban allí”, destaca Aichhorn.

En su opinión, esas rivalidades explicarían en gran parte que no se lograra reconstituir en Londres la asociación vienesa.

“SEMICLANDESTINIDAD” EN VIENA

El psicoanalista austríaco es nieto de August Aichhorn, fundador de la pedagogía psicoanalítica y miembro de la WPV, quien bajo el régimen nazi dirigió un grupo “semiclandestino” de formación de psicoanalistas y logró mantener vivas las enseñanzas de Freud.

“Mi abuelo no era judío y se quedó en Viena, donde siguió trabajando, aunque oficialmente no como psicoanalista”, recuerda su nieto.

En 1946, tras la guerra, la WPS fue reabierta por August Aichhorn, quien sin embargo nunca vio cumplirse su “sueño” de que a ella regresaran los antiguos miembros exiliados.

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