Lo que no parecía una posibilidad finalmente sí ocurrió, pues las luces verdes a las secuelas de Toy Story permitieron ver una reaparición de los personajes de Buscando a Nemo y, por fin, de Los Increíbles.
La película se estrena este fin de semana en Estados Unidos, Guatemala y la mayoría de países. Brad Bird es de nuevo la mente creativa y realizadora detrás de la cinta animada.
“Es una película donde las mujeres mandan”, afirmó en una entrevista con Efe en Madrid el director, que recuerda que tuvo la idea de esta historia desde que empezó la promoción de The Incredibles.
Hellen Parr, la madre de esta peculiar familia “ya era un personaje muy fuerte y hemos seguido esa línea de la historia, no hemos cambiado nada”, precisó Bird.
Una segunda parte que ha tardado catorce años en llegar, a pesar de que el director asegura que comenzó a escribirla nada más terminar la primera, y que recupera a la familia Parr (los increíbles que mantienen oculta su verdadera identidad de superhéroes) como si no hubiera pasado el tiempo.
Ahora, las nuevas tecnologías captan a la familia en una de sus actuaciones contra el mal y un magnate les ofrece salir del anonimato mediante una campaña de marketing que tendrá a la madre como protagonista; esto supone que Bob tendrá que quedarse en casa a cuidar de Jack Jack, un bebé que parece “normal”.
Por la equidad
Bird reconoce que hoy está mucho más de moda que entonces dar prioridad a la igualdad o crear personajes femeninos potentes, pero explica que los guiones se hacen “con tantísima antelación que no hay manera de reaccionar a la actualidad. Solo queríamos contar una buena historia”, resume.
La cinta está llena de guiños a la igualdad, al ecologismo y al valor de la diversidad: todos los papeles relevantes de la historia son protagonizados por mujeres, se lanzan mensajes de comida saludable y hasta la moto que conduce Elastigirl es eléctrica.
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“No es un riesgo apostar por las mujeres; es más, creo que así somos las mujeres en el mundo, yo soy una mujer trabajadora y mi marido ha pasado mucho tiempo con nuestros hijos; aquí, Bob se tiene que quedar en casa con los niños y eso da mucho para la comedia”, apunta una de las productoras de la cinta, Nicole Grindle.
Su colega John Walker, que también fue productor de la primera entrega, añade que “no hay nada en esta película que no hubiera podido ocurrir en la otra. En aquella, Helen ya no estaba dispuesta a dejar ‘esto de salvar el mundo’ a los hombres”, bromea.
Para el director, el concepto de la familia unida, por encima de cualquier otra cosa “es lo que distingue a nuestra película de otras de superhéroes”.
“Cuando hice The Incredibles intentaba pensar en superpoderes que no hubieran tenido otros personajes y descubrí que realmente estaban ya todos utilizados”, señaló el creador de The Iron Giant (1999) o Tomorrowland (2015).
“Luego me di cuenta de que no me interesaba tanto el superpoder en sí como los comentarios de la familia, cómo cada miembro se relaciona con la vida, de modo que la fuerza de cada personaje es su época vital”.
A imponerse en la taquilla estadounidense
Incredibles 2, la nueva propuesta de Pixar/Disney, llega a los cines con la firme intención de convertirse en el mejor estreno de la historia para una película de animación.
El récord actual lo posee Finding Dory, con un debut de US$135 millones, pero Incredibles 2 podría superarlo según los primeros pronósticos de la industria.
La primera entrega, que se estrenó en 2014, recaudó más de US$630 millones en todo el mundo.