Lyz Colocho, directora del centro, comenta que el principal objetivo del proyecto es el de generar dinámicas de arte inclusivo al abrir las puertas del recinto a “todas las ramas” creativas.
Entre las divisiones de Mosaico destacarán una galería de arte, una biblioteca, una ludoteca; academias de baile, teatro, música; además de una cafetería-museo.
Los espacios serán distribuidos en 17 ambientes que dan forma a los mil metros cuadrados de la casa en la que desde mayo de este año se realizaron los primeros trabajos para cimentar el centro cultural.
De acuerdo con registros históricos citados por Lyz Colocho, el inmueble data de 1792, y también lleva el nombre de Casa Oliver, puesto que en el lugar vivió el español Juan Oliver junto a su esposa guatemalteca.
Además de ser casa de habitación, allí se celebraron distintas actividades cívicas. Con el paso del tiempo funcionó como el nivel primario del liceo Guatemala.
No fue hasta inicios de este 2021 que Lyz Colocho tuvo contacto con el recinto. Luego de intervenir como mediadora en la entrega del inmueble, la también ingeniera agrónoma adquirió el espacio y no lo dudó dos veces: se convertiría en centro cultural.
Mosaico fue el nombre con el que junto a los demás integrantes del proyecto se designaron al proyecto. Colocho explica que, así como un entramado, la palabra alude a Guatemala y cómo esta es “un mosaico de colores, etnias y saberes”.
Arte en distintas épocas
El espacio pone a disposición de artistas y un público general la Galería Mosaico donde se pretenden mostrar las perspectivas de realizadores guatemaltecos para que “escriban su propia historia”.
Los encargados del espacio comentan que la galería destinará horas de cortesía cada mes para que artistas emergentes presenten colecciones tanto de manera individual como colectiva.
Esta es una respuesta al obstáculo financiero que surge a la hora de montar exposiciones; un detalle bastante común en el hacer artístico nacional, apuntan los organizadores de Mosaico.
Esto se complementa con otra de las premisas del centro, la cual busca acercar a las personas con un arte más inclusivo desde la diversidad “de distintas aristas” y que a la vez busca ser disruptivo desde una base de tolerancia y respeto.
“Todo nuestro entorno transforma el presente. Esto incluye aceptar nuestras vivencias y coincidencias”, sostiene la directora Lyz Colocho.
En Mosaico también se busca hacer un registro hacia el pasado del arte y la cultura. Por esta razón, varios de los salones del centro cultural serán “bautizados” con el nombre de guatemaltecos influyentes en ese campo y que pasaron a la historia.
Entre los nombres destacarán los de Francisco Cabrera (conocido como el miniaturista más famoso de Latinoamérica), Delfina Luna de Herrera (artista que realizó dos obras que se encuentran en la iglesia La Merced en Antigua Guatemala), Pepa García Granados (literata y creadora de medios de comunicación en el pasado) y el pintor Carlos Valenti.
Entre otras actividades culturales que sucederán en Mosaico están los Jueves de Antojarte, un intercambio cultural mediante la gastronomía de distintos puntos de Guatemala. Además, habrá un café-museo llamado La Brujita.
También tomará lugar un centro de acopio de bibliotecas, desde donde se recibirán y filtrarán publicaciones que serán destinadas a 22 comunidades de todo el país. Justo a su lado, un estudio de música recibirá tanto a conocedores como interesados en experimentar el sonido.
Una biblioteca busca dotar más conocimiento a los visitantes. Por otro lado, con la implementación de una ludoteca, se espera que los más pequeños creen lazos de solidaridad y también herramientas para gestionar emociones mediante actividades lúdicas.
Salud mental y arte
En Mosaico se busca abordar la salud mental. Motivada por un episodio de esa índole, Colocho vio en el centro cultural una herramienta para que, quienes lleguen al espacio se sientan a salvo y puedan estar en conexión consigo mismos.
Otro de los motivos es crear “modelos de comunidades sanas”, dice la directora. Una de las propuestas en Mosaico es el centro de mediación familiar que ofrecerá el apoyo de abogados y psicólogos para la resolución de disyuntivas entre miembros familiares.
También se desarrollará un proyecto de prevención de suicidio mediante la atención telefónica que estará disponible las 24 horas del día.
Por otro lado, los integrantes del espacio especializados en salud mental pretenden generar información propia mediante investigaciones para así contar con insumos locales a propósito de los abordajes psicológicos, psiquiátricos y distintas ramas de estos campos.
Entre los especialistas que confluirán en Mosaico se encuentran un psicólogo social, un neuropsicólogo, músicos, artistas escénicoss, psicólogos infantiles, sociólogos y psiquiatras.
El Centro Cultural Mosaico es un proyecto que surge de la Fundación Luis Colocho; una organización que reivindica la vida del hombre con ese nombre que fue activista y fomentador de mejoras en comunidades rurales y urbanas de Guatemala durante la década de 1970 y 1980.
Primeras actividades
Debido al aumento de casos por covid-19, las visitas a Mosaico serán limitadas. Para más información de cómo acceder, puede comunicarse mediante los distintos canales sociales del centro como Facebook, Instagram y Twitter. También puede contactarse en el sitio oficial del centro cultural.
Las actividades en Mosaico durante su primer mes serán:
- Inauguración de la muestra La Tejedora de Sueños a cargo de Ada Colocho Arévalo (16 julio)
- Club de lectura (20 y 27 julio)
- Jueves de Antojarte (22 y 29 de julio)
- Plaza gastronómica guatemalteca (24 y 25 julio)
- Espectáculo de títeres (24, 25 y 31 julio)
- Art Café (17, 18, 23 y 30 julio)
- Ritual del café (31 julio)
- Recorrido guiado por la exposición La Tejedora de Sueños (20 julio)
- Recorrido guiado por el centro cultural (17, 18, 21, 22, 23, 24, 25 y 31 julio)
El horario para visitar el centro cultural será de lunes a jueves desde las 7 hasta las 20 horas, y de viernes a domingo de 7a 21 horas.