Desde hace casi un siglo, los expertos sabían que Degas había pintado el famoso retrato sobre otra imagen en algún momento ente 1876 y 1880. Conforme envejecía la pintura, un tenue atisbo de lo que parecía ser otra mujer empezó a asomar a través de las capas superiores de pintura.
El personal de la National Gallery de Victoria, en Melbourne, donde se encuentra el cuadro, quería ver lo que había debajo, pero las técnicas tradicionales de rayos X y fotografía con infrarrojos no eran lo bastante potentes como para revelar ningún detalle.
De modo que la galería trabajó con científicos del Australian Synchotron, que pasaron 33 horas escaneando con precisión la pintura con un haz de rayos X de alta definición producido por un acelerador de partículas llamado sincrotrón.
Los sincrotrones aceleran electrones a gran velocidad, creando una fuente de luz un millón de veces más brillante que el sol.
La técnica tuvo tanto éxito que los científicos no sólo pudieron ver los detalles de la imagen oculta entero, sino también su evolución. Por ejemplo, Degas parecía haber pintado las orejas de la mujer con forma puntiaguda como las de un duende, pero después las modificó para darles una forma más convencional.
La calidad de los resultados anonadó a los científicos.
“Esperábamos la imagen de una mujer…, pero en ningún caso con el detalle que obtuvimos al final”, dijo Daryl Howard, científico del Australian Synchotron y uno de los autores del informe.
Howard es uno de los que creen que la imagen muestra a Dobigny, una conocida modelo francesa de la década de 1800.
“Degas la había pintado varias veces antes”, dijo. “Algunas personas creen que se trata de otra persona, y dejaremos que ellos decidan finalmente quién es”.